Luego que Santos desmanteló el DAS y la Inteligencia militar, el máximo nivel de confidencialidad que se maneja en el país es el de la Discreción Personal. Hoy, todo SECRETO se puede comprar. Las agencias gubernamentales de Inteligencia que aún operan, lo hacen con tecnología prestada de EUA, de Inglaterra o comprada a proveedores que venden los mismos equipos, y mejorados, a nuestros potenciales rivales. Los principales casos de corrupción nos los revelan el FBI, la DEA, la CIA o el MI5, algunas de las 15 agencias extranjeras de I y CI registradas oficialmente. Las pruebas de esos escándalos se venden a la prensa amarillista y los acusados se ríen de cualesquiera de los tres sistemas de justicias actuantes, ninguno confiable, todos “adquiribles”. A pesar de su inopia, funcionarios de Contrainteligencia han detectado recientemente: un extremista islámico vigilando la Brigada de Fuerzas Especiales en Melgar, un cubano merodeando la base aérea de Palanquero, venezolanos penetrando el Comando Aéreo de Transporte Militar en Bogotá y la base Naval de Puerto Carreño, de donde se “volaron” tres lanchas de combate de la Armada, diplomáticos chavistas coordinando con las farc y el eln y policías maduristas observando Unidades militares en la Guajira o comprando la ciudadanía colombiana. Capítulo aparte son los carteles mexicanos que según una viciada investigación particular, controlan el narcotráfico en el país. Ahora se destapa la red de corrupción y espionaje del agente chavista Alex Saab, quien ojalá no corra la misma suerte de Walli Makled (2011), devuelto por el Nobel a sus patrones en Miraflores.
Espías y mercenarios han sido parte de la historia de Colombia. En 1948, durante la Conferencia Panamericana, agentes comunistas complotaron durante el Bogotazo; en 1961 el “coronel” Antonio Dahud entrenó a “Tirofijo”, con dineros enviados por un ruso desde México; la seudo periodista finlandesa Heina Rautaavara, posó con alias “Chispas”, miembro de PCC, en 1962 ; el agente del gobierno alemán y amigazo de los narcoelenos Werner Mauss, 1983, revivió la organización castrista; el israelí Yahir Klein capacitó paramilitares y el británico Peter McCleese, realizó dos tures el primero para atacar a las farc y el segundo para atacar a Pablo Escobar, ambos a mediados de los 80; tres explosivistas irlandeses en el 2001 entrenaron las farc; en el 2007, una holandesa despistada y otras europeas, cohabitaron con las farc; un argentino, un chileno, ecuatorianos y venezolanos, esbirros al servicio de los carteles de las farc o el eln, por citar unos casos, han delinquido en toda la geografía nacional. Hace poco, mercenarios norteamericanos lanzaron desde la Guajira colombiana una ridícula invasión a Venezuela. No es de extrañarse: en 1818 la guerra contra España contó con la participación de mercenarios británicos, irlandeses (James Rook) y hannoverianos.
Especial mención merece Cuba, que posee el dosier de todos quienes desfilaron por sus instalaciones durante el negociado narcoterrorista santos-farc. Grabaciones secretas, fotos, videos, documentos, reposan en los archivos del G2, que, de acuerdo a la conveniencia, los compartirán con el Sebin y la DGCIM venezolanos, con el DID nicaragüense o con quien consideren conveniente. Los oficiales e informantes del G2 campean por el país, hilando contactos, analizando dinámicas sociales y políticas del momento, planeando escándalos desestabilizadores, filtrando noticias, ayudando a caotizar al país mientras células de Hezbolá lavan dinero y acumulan información sobre potenciales blancos norteamericanos o judíos.
¿Qué hay para espiarle a Colombia? En asuntos de Defensa Nacional, muy poco. Pero a Bogotá, por su excepcional ubicación frente al problema geoestratégico venezolano, USA, México Nicaragua, Cuba, Venezuela, Rusia, Inglaterra, Alemania, Francia, España, Irán, Hezbola y China y Turquía por los laditos, la han convertido en la Estambul de Latinoamérica, recordando la importancia de esta capital turca durante la Guerra fría. Y las consecuencias están a la vista: un nuevo ciclo de violencia que estalla. (Hace 48 horas alias Gentil Duarte nos asesinó 6 soldados e hirió siete mas, mientras un verborreico senador, maliciosamente acobardó al Estado para que suspendiera los legales y legítimos bombardeos. ¡Que insensatez!). Miren a Venezuela.
Publicado: junio 18 de 2020
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