La JEP, una vergüenza nacional

La JEP, una vergüenza nacional

La JEP, tribunal al servicio de los terroristas de las Farc, es el organismo que más desestabiliza al sistema democrático colombiano. 

Sus magistrados y fiscales son unos sujetos al servicio de los criminales, concentrados en otorgar perdones a diestra y siniestra, sin pensar en las víctimas delos terroristas. 

La más reciente “hazaña” de la JEP, fue la de conceder amnistía a los mercenarios irlandeses -prófugos de la justicia colombiana-, que hace dos décadas estuvieron en la zona de despeje del Caguán entrenando a las Farc en fabricación y detonación de explosivos. 

Los beneficiados con esa medida, son terroristas internacionales que, fungiendo como instructores, viajaron a los campamentos de las Farc a prestar un “servicio” criminal. 

El magistrado de la JEP que regaló ese indulto es el izquierdista guajiro Juan José Cantillo Pushaina, un sujeto que tiene un compromiso irreductible con los forajidos, sin pensar un instante en las víctimas.

Además de los favores judiciales, la JEP se ha encargado de pagar los abogados de las Farc. Algo insólito: Esta será la primera vez que un tribunal cancelará los honorarios de los defensores de las personas que está juzgando.  

En medio de la tragedia desatada por el coronavirus, cuando el país está en serios aprietos económicos, se conoció que la presidenta de la JEP, la cuestionada Patricia Linares, autorizó la celebración de un contrato de casi $5 mil millones de pesos para la contratación de un equipo de 93 abogados cuyo mandato será el de defender a los cabecillas de las Farc.

Y como si aquello no fuera suficiente, ha trascendido que el senador afecto a las Farc, Iván Cepeda y su hermana fueron reconocidos como víctimas de la JEP.

Cepeda fue el diseñador de ese tribunal, con el apoyo del abogado español de las Farc Enrique Santiago y el asesor de esa estructura criminal, Álvaro Leyva Durán. Su esposa, Pilar Rueda, es contratista de esa entidad y para nadie es un secreto que él -Cepeda- es el mandamás en la JEP. Basta recordar la nauseabunda decisión de liberar al narcotraficante Jesús Sántrich. 

El país está asistiendo a una farsa deleznable. Es perfectamente previsible lo que la JEP terminará favoreciendo los intereses de su creador, el senador Cepeda. ¿Acaso los magistrados corruptos de esa jurisdicción van a ir en contravía de los pretensiones de Cepeda Castro y su hermana María? La respuesta salta a la vista y es evidente: no. 

El país no tiene por qué continuar tolerando la existencia de ese garito de corrupción desde donde se dispensa impunidad, lesionando de manera grave a la República. 

@IrreverentesCol

Publicado: abril 23 de 2020

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