Hoy el mundo entero atraviesa por un drama que ni el más apocalíptico de los cineastas o novelistas se había atrevido a imaginar. Hace un par de meses era impensable que en los tiempos de la medicina más avanzada de la historia de la humanidad sufriéramos una pandemia que hoy afecta a 144 países. El Covid-19 se ha expandido por el mundo sin discriminar estados de la economía o ideologías políticas de los gobernantes. Lo cierto es que hoy nos enfrentamos a un problema que sólo podemos afrontar remando todos hacia un mismo lado.
El virus no sólo se ha convertido en un problema de salud mundial sino en un factor que ha puesto en jaque la economía mundial. Las bolsas más importantes del mundo, Nueva York, Londres, Madrid, Sao Paulo, Roma y Tokio entre otras, han presentado constantes pérdidas durante las últimas semanas, las industrias se han visto afectadas, el consumo ha disminuido y el turismo prácticamente ha desaparecido, lo que nos deja un panorama gris para la economía global y sobre el cual es difícil imaginar una pronta recuperación.
Nuestra Colombia no ha sido ajena al fenómeno global, por el contrario, nuestra economía se ha visto fuertemente golpeada por los efectos de la expansión del virus y la caída del precio del petróleo, consecuencia de la fuerte pelea entre Rusia y la OPEP. Moscú y Riad han iniciado una lucha que ya en 2016 evidenció que no dejó ganadores. Estos dos factores han generado una devaluación acelerada del peso que puede impactar negativamente el bolsillo de los colombianos.
De manera acertada el Banco de la república ha tomado medidas para controlar el crecimiento en el precio del dólar, mediante cobertura cambiaria. Si bien estas decisiones son un punto de partida importante, los colombianos debemos unirnos para enfrentar la recesión venidera.
Es momento de hacer un llamado a la unidad y evitar que el virus y sus efectos económicos se conviertan en una vitrina para el populismo y para quienes buscan hacer de la crisis la plataforma perfecta para la campaña presidencial del 2022. No es el momento de darle eco a voces mezquinas, por el contrario, es momento de hacer un llamado a la responsabilidad, a actuar con sensatez y rodear al gobierno nacional en la toma de decisiones. Es momento de mostrar una verdadera capacidad de liderazgo colectivo dejando de lado los intereses personales y anteponiendo siempre como interés nacional la salud y el bienestar de todos los colombianos.
Puede sonar cliché, pero debemos remar todos para el mismo lado si queremos conseguir que nuestro país sufra lo menos posible en estos tiempos de gran dificultad. Paremole-Bolas a nuestras acciones, a nuestras palabras y convirtámoslas en una herramienta de construcción y no de destrucción. Solo unidos como colombianos podremos impedir que la crisis económica afecte el crecimiento que hemos forjado por décadas. Llegó la hora del auto cuidado, la sensatez y mucha disciplina social. Solo de esta forma podremos amortiguar y ser resilientes ante los zarpazos de la pandemia y los fuertes remezones de la economía global. La vacuna está en nuestras manos.
Publicado: marzo 16 de 2020