Pareciera que el único propósito de la JEP (Justicia Especial para la Paz) es limpiar los miles de asesinatos, secuestros y violaciones a niños perpetuados por las Farc. Con los juicios de este tribunal caído en desgracia y generador de mucha desconfianza se perdió la oportunidad histórica de redimir para siempre los horrendos delitos cometidos por esa guerrilla y conciliar con la verdad a los colombianos. Como también pareciera que su propósito final, su meta última es perseguir y encarcelar a los amigos del presidente Uribe y por supuesto terminar incriminando al expresidente.
Recuerda muchos los actos de este tribunal al creado por Fidel y el Che Guevara para vengar su odio reprimido al que llamaron “Comisión Depuradora”. Lo deja ver el Che en su discurso ante la ONU, cuando decía: “no demoremos las causas, esto es una revolución, no usaremos métodos legales burgueses, el mundo cambia, las pruebas son secundarias, hay que proceder por convicción. Sabemos para qué estamos aquí. Estos burgueses son una pandilla de criminales, asesinos, esbirros, yo los pondría a todos en el paredón y con una cincuenta, ratatatatata… a todos”. Y seguía diciendo Guevara, con su boina negra terciada, tabaco ladeado y el brazo amenazante puesto en el cinto: “fusilamientos sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. El paredón es la forma en que se pretende definir la revolución cubana”.
Pareciera que este Tribunal de la JEP fuese creado para ajusticiar a los contradictores de las Farc, para eliminar a futuro toda posible oposición al gobierno que sueñan con instaurar.
Los juicios y actos hasta hora ejecutados dejan ver un amañamiento de los hechos contra toda lógica jurídica, absorbiendo acto vandálicos de evidente sevicia y contra los derechos humanos de militares y civiles. No conozco, muy bien el tema por mi poca formación jurídica pero debería existir un tribunal o una sala de apelaciones ante tanto desafuero jurídico, en una estancia necesariamente de carácter internacional, con superioridad juridica al tribunal de la JEP. Porque en el caso cubano por ejemplo, a pesar que había un Tribunal de Apelación, el Che “se lo pasaba por la faja” y que solo servía para confirmar las sentencias y las ejecuciones. A pesar también, que ya desde 1948 existía la Carta Internacional de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU, que prohibía las ejecuciones. Lo cual indica que la ONU no es prenda de garantía.
Da terror que la JEP con funciones para investigar, ajusticiar y hasta perseguir a los opositores del Acuerdo de La Habana, pueda caer en esas crueles prácticas. Sobre todo con los nefastos antecedentes de falsos testigos que abundan en Colombia. Y además conociendo la crueldad de los comandantes de las Farc, quienes han cometido las más atroces masacres y han asesinado a miles de personas sin el más mínimo asomo de arrepentimiento, y teniendo como práctica habitual en su mecánica militar los ajusticiamientos en el paredón, incluso a los de sus propias filas.
Publicado: marzo 12 de 2020
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