A muy mala hora Claudia López y compañía emprendieron una campaña en contra del Decreto 444 expedido por el Gobierno Nacional. En el momento de crisis por el que atravesamos lo último que se debería promover es la polarización con mentiras y lecturas parcializadas de un instrumento absolutamente necesario. Veamos.
Para nadie es un secreto que el impacto económico del Covid-19 es sumamente grave. El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ya advirtió que esta pandemia puede generar una recesión igual o peor a la vivida en 2008. Y no es para menos, dado que al ser la cuarentena la única herramienta existente para mitigar los contagios, el daño colateral para el mercado es enorme.
Sectores como turismo, transporte, bares, restaurantes, espectáculos y eventos estarán completamente paralizados hasta que los aislamientos obligatorios finalicen, lo cual no solo implica una disminución en las utilidades empresariales, sino un potencial riesgo para miles de empleos que pueden quedar en el aire si no se adoptan medidas que le den un respiro al sector privado.
Igualmente, de acuerdo a las estimaciones iniciales del Gobierno el sistema de salud deberá soportar cargas adicionales durante esta crisis que ascienden a $1 billón, situación a la cual hay que sumarle las deudas acumuladas con las IPS y los Hospitales del País que no le permiten tener suficiente liquidez a los actores de este sector.
Debido a lo anterior, era absolutamente necesario que el Gobierno tomara medidas para garantizar la financiación del sistema de salud y la protección del empleo y el sector privado. Para ello, expidió el Decreto 444, el cual, en términos sencillos, dice de dónde se van a sacar los recursos para atender la crisis y cómo se van a gastar.
En concreto, el Ministerio de Hacienda proyectó que se necesitan $14.8 billones, los cuales provienen de dos fuentes: 1) $12.1 billones del Fondo de Ahorro y Estabilización-FAE y 2) $2.7 billones de los aportes que la Nación debe hacer al Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales-FONPET.
¿Se le van a regalar estos recursos a los bancos? ¿se van a desfinanciar a las Alcaldías y las Gobernaciones? Por supuesto que no.
En primer lugar, los recursos del FAE, que son una porción de lo que el País ha recibido por regalías, reposan en los bancos, dado que su propósito es ser ahorrados para usarse en momentos de crisis. Por su parte, el Fonpet no será requerido hasta el 2040. Es decir, las regiones no pueden disponer del dinero de ambos fondos en su diario vivir.
En segundo lugar, los recursos del FAE y el FONPET van a ser prestados al Gobierno, lo cual implica que este los devolverá más adelante. No son un regalo ni mucho menos un robo, sino un crédito necesario para financiar, entre otras cosas, los $6 billones que se destinarán al sistema de salud.
En tercer lugar, el Ministerio de Hacienda no le va a regalar esos recursos a los bancos privados, sino que los inyectará a bancos públicos como Finagro, Bancoldex o Findeter para que estos, a su vez, puedan responder a las necesidades sociales y económicas creadas por la crisis.
Y la razón es muy sencilla. Si las empresas no tienen acceso a créditos flexibles que les permitan sopesar la baja en ventas durante la cuarentena, muchas de ellas deberán recortar los gastos de personal para sobrevivir, lo cual se traduce en menos empleos. No todas tienen el músculo financiero para soportar varios meses sin clientes.
En esta crisis ciertos actores deberían dejar a un lado las ansias de cobertura mediática y, por el contrario, procurar cohesionar a la sociedad en torno a un objetivo común. Se debe rodear a la institucionalidad y no desprestigiarla con mentiras que generan pánico colectivo donde lo único que hay son nobles intenciones para servirle a la Patria.
Publicado: marzo 24 de 2020
4
5