El senador de izquierda, Gustavo Bolívar es un irresponsable que merece toda la sanción social posible.
En días pasados, el congresista apareció en un video caminando junto a la piscina de un hostal de su propiedad, ubicado en Girardot, minutos después de que el periodista Santiago Ángel revelara que dicho balneario estaba haciendo una promoción turística bajo el eslogan “viaja sin miedo”, en abierta contradicción a las indicaciones dadas por las autoridades con el propósito de contener la pandemia del coronavirus.
Mientras el país entero une esfuerzos para lograr que la población se resguarde en sus hogares, el centro vacacional de Bolívar intentó sacar provecho, ofreciendo habitaciones a precios irrisorios, a través de una estrategia de mercadeo infame que pone en gravísimo riesgo la salud de los colombianos que tienen el deber de evitar lugares públicos, para efectos de ralentizar la pandemia que amenaza a nuestra nación.
LOS IRREVERENTES confirmaron que Gustavo Bolívar estuvo en la ciudad de Miami, hasta el pasado 14 de marzo, día en el que viajó de regreso a Bogotá.
Colombia estaba en plena crisis por la acelerada expansión de la pandemia, cuando el congresista aterrizó en el aeropuerto El Dorado.
Según las cifras oficiales del CDC -Centers for Disease Control-, que es la autoridad federal en los Estados Unidos, al 14 de marzo, en ese país se habían registrado 2943 casos de coronavirus, con un saldo de 57 pacientes fallecidos.
Florida, ocupa el quinto lugar en número de personas infectadas, por debajo de la ciudad de Nueva York y los estados de Washington, Nueva Jersey y California.
Con el propósito de evitar nuevos contagios, desde el 10 de marzo el gobierno colombiano había impuesto la obligación de guardar rigurosa cuarentena a las personas que llegaran al país. A través de la resolución 380, el ministerio de Salud y Protección Social, ordenó que “con el objeto de prevenir y controlar la propagación de la epidemia de coronavirus COVID2019, se adoptan las medias preventivas sanitarias de aislamiento y cuarentena de las personas que, a partir de la entrada en vigencia del presente acto administrativo, arriben a Colombia de la República Popular China, de Italia, de Francia y de España”.
Bolívar, que desde su cuenta de Twitter exigía cuarentena y aislamiento total, entró al país 24 horas antes de que el gobierno nacional ampliara la cuarentena para todos los pasajeros que llegaran al país, independientemente del lugar desde el que estuvieran viajando. En su tono acostumbrado, el 13 de marzo le exigió al gobierno Duque prohibiera los vuelos desde Europa hacia Colombia. Era evidente que para aquel día él era consciente de la magnitud del problema.
El presidente Duque hizo pública esa decisión al medio día del 15 de marzo: “Me permito informarle al país: a partir de este 16 de marzo, se restringe el ingreso al país de personas no nacionales y no residentes en Colombia. Todos los pasajeros colombianos y residentes extranjeros tendrán aislamiento preventivo obligatorio por 14 días”.
El congresista se pasó por la faja la orden del gobierno y en vez de quedarse en Bogotá -que fue su puerto de entrada a Colombia-, partió a su natal Girardot a pasearse irresponsablemente por el figón que figura a nombre suyo y que, según él, está alquilado a una empresa operadora y promotora del turismo.
El parlamentario, dirá que no ha violado ninguna norma, pues la cuarentena obligatoria a los viajeros, entró a regir 48 horas después de su ingreso al país, pero esto no es cuestión de normas, sino de responsabilidad. Ese sujeto estuvo en uno de los lugares con mayor número de casos de coronavirus registrados en los Estados Unidos y, sin ninguna consideración con el pueblo colombiano, no observó el aislamiento debido.
No es la primera ni será la última vez que ese alevoso congresista se pase por la faja a la autoridad colombiana. Al fin y al cabo, ese es el estilo camorrero y desafiante del senador que se ha hecho célebre por su ordinariez, que solo es aplaudida y respaldada por una cuadrilla de sicarios morales que operan desde las redes sociales.
Publicado: marzo 23 de 2020
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Patetica y Arrogante la actitud del «HONORABLE»…….esto sucede cuando las leyes son tan laxas en una sociedad tan amancillada como la nuestra.
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