El talante autoritario de Gustavo Petro, se evidencia de forma sistemática. Su animadversión hacia la prensa libre, es cada vez más aguda. Sus ataques despiadados contra reporteros y medios de comunicación, son el abrebocas de lo que tendría que padecer el periodismo colombiano en un eventual gobierno suyo.
No hay que llamarse a engaños: Petro, como Hugo Chávez, Nicolás Maduro o los hermanos Castro, es un declarado enemigo de todo aquel que se atreva a cuestionarlo o a criticarlo.
Para el exterrorista del M-19, quienes no se plieguen obedientemente a su voluntad -así sean personas que tengan alguna afinidad ideológica con él-, son enemigos. Sus ataques contra Jorge Robledo, Claudia López, Sergio Fajardo y demás miembros de la izquierda que se han atrevido a cuestionarlo, son confirmación de aquello.
Esas personas, han sido objeto de su virulencia y de los ataques sucios de sus seguidores, esos sí unos depredadores que actúan a través de las redes sociales.
Apelando a su derecho a la libre expresión, el periodista Carlos Antonio Vélez hizo algunas reflexiones sobre el nefando papel del Petro en los paros de profesores que se han registrado en el país.
En medio de una emisión de su programa radial deportivo, Vélez dijo: “Un paréntesis a los de Fecode y a todos los que no quieren trabajar y estudiar, les pregunto: ¿Por qué hacen las marchas y los paros en un día laborable? ¿Por qué no paran el 25 de diciembre y el 1 de enero, o el 26 de diciembre, o el 28 de diciembre que es el día de los Inocentes?… ¿Por qué no hay marchas en vacaciones? ¿Por qué, si los derechos de los niños están por encima de todos los demás derechos, no se respetan, si los niños quieren estudiar? No les da vergüenza que un país que tiene la peor nota de OCDE, por culpa (…) generalmente de los maestros, ¿por qué entonces se van a paro, cuando deberíamos estar todos verracos con ellos, porque no le enseñan lo suficiente a nuestros hijos?”.
Y Vélez señaló que esos paros se adelantan “bajo la égida del ‘señor de las bolsas’, como diría Petronio, el ‘señor de las bolsas’, que es de los pocos que andan por ahí por la calle, después de haber hecho parte de un grupo terrorista que quemó al Palacio de Justicia con los magistrados adentro. Y todavía hay gente que lo sigue. ¡Qué horror! Cómo les gusta seguir asesinos, ¿no?”.
Petro reaccionó, sintiéndose aludido -Vélez jamás dijo su nombre- y anunció acciones penales y civiles contra el periodista, lo que se constituirá en una inadmisible maniobra para silenciar a la prensa y a aquellos que aún se atreven a recordar el pasado criminal de quien funge como líder de la extrema izquierda colombiana.
Al margen de los afectos o desafectos que puedan existir frente a Vélez, es deber de la sociedad en pleno, rodear a ese periodista. Petro empezará, pero no terminará con él. Los medios de comunicación han quedado notificados: aquellos que se ocupen de recordar los delitos cometidos por la banda criminal M-19, o de hacer referencia al video en el que Petro aparece cargando una bolsa con gruesos fajos de dinero, sufrirán el rigor de la ira petrista, a través de acciones judiciales temerarias, las cuales estarán acompañadas de una altísima dosis de matoneo, insultos, humillaciones y vejaciones a través de las redes sociales, espacios en los que los seguidores de Gustavo Petro se comportan como una verdadera cuadrilla de sicarios morales.
Publicado: febrero 25 de 2020
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