La extrema izquierda, esa misma que le teme profundamente a la acción de la justicia, está furiosa con la elección del doctor Francisco Barbosa como nuevo fiscal general de la nación.
Seguramente, albergaban la esperanza de que al organismo de investigación y acusación, llegara alguien dispuesto a marchar a su ritmo y no un jurista de la envergadura y los quilates de Barbosa, un hombre totalmente independiente, cuyo compromiso irrenunciable es la lucha contra la corrupción y el delito.
En tono agresivo, la periodista María Jimena Duzán, conocida de autos por su cercanía con el cuestionado exvicefiscal Jorge Fernando Perdomo Torres, se valió de su más reciente columna para fustigar al nuevo fiscal general, llegando al extremo ruin e inaudito de publicar -con todo el sesgo posible- los detalles de una charla privada que ella sostuvo hace algunas semanas con él.
Es evidente que la Duzán intentó fijarle un derrotero al nuevo fiscal. Su columna es, ante todo, un chantaje que debe ser leído como un mensaje criminal contra la persona que en los próximos días asumirá las riendas de la fiscalía general de la nación, luego de que la totalidad de los magistrados de la corte suprema de justicia, así lo decidieran.
No hace mucho tiempo, los otrora “todopoderosos” de la gran prensa, se daban el lujo de presionar a los fiscales generales.
Mario Iguarán Arana, uno de los sujetos más detestables y pusilánimes que haya conocido la administración de justicia colombiana, fue un fiscal que se movió al vaivén de las intimidaciones de ciertos periodistas colombianos.
Barbosa será un fiscal sin ataduras que le dará un nuevo aire a la fiscalía general de la nación. A pesar de ser un hombre muy joven -que terminará su periodo con menos de 50 años-, tiene experiencia probada en distintas áreas del derecho, y gracias a su experiencia en materia de Derechos Humanos, garantizará que las investigaciones de los casos más sensibles avancen, pues la impunidad en procesos como el del asesinato del dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado son una alevosa revictimización a la familia y amigos de quien, precisamente, fundó la universidad en la que se formó el nuevo fiscal general.
Es cierto que Barbosa apoyó el proceso con las Farc, pero no es menos cierto que fue uno de los primeros colombianos en alzar su voz en contra de lo finalmente pactado con esa banda criminal.
Así mismo, ha sido uno de los críticos más feroces del entramado de impunidad que se erigió entorno a la guerrilla terrorista que comanda el narcotraficante alias Timochenko.
Se equivocan aquellos que como la alevosa María Jimena Duzán, creen que podrán fijarle derroteros al nuevo fiscal general, descalificándolo a través de falacias y de publicaciones parciales y evidentemente amañadas de conversaciones privadas.
Publicado: febrero 4 de 2020
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