La cárcel bogotana

Aprovecho el cambio de gobierno distrital para volver a recalcar el grave problema de movilidad que afrontamos los bogotanos día a día, desafortunadamente dentro de los principales puntos de campaña de la actual mandataria esta no es una de las prioridades.

Bogotá tiene un rezago muy grande en cuando a vías se refiere, mientras anualmente entran alrededor de 150.000 carros nuevos, no se hacen nuevas vías en la misma proporción. Aunque durante el gobierno de Enrique Peñalosa algo se hizo, en las tres alcaldías anteriores  no se construyó prácticamente nada.

Hay tres temas que a falta de vías y de recursos pueden ayudar a la movilidad pero que poco se hace, el primero que haya autoridad, que se cumplan las normas y las personas que las infrinjan paguen, ese el caso de los mal parqueados, estos deben ser multados así sean carros oficiales o escoltas, o es que la ley no es para todos, segundo,  que con los semáforos no pase lo mismo que con el 4 por mil, ponen un semáforo provisional por una obra, esta se acaba, y se queda permanente, hay tantos ya en Bogotá que termina siendo contraproducente, y tercero el cargue y descargue de mercancía debe hacerse en horario nocturno como se hace en las grandes ciudades, estos camiones generan mucho tráfico sobretodo cuando lo hacen en vías principales durante el día. Como pueden ver son temas sencillos que no requieren inversiones grandes y que inexplicablemente no se hacen.

Pero una cosa es la movilidad dentro de la ciudad y lo que pasa en las entradas y salidas de esta, ahí existe un problema en el que solo se salva la salida hacia el oriente vía Choachí, de resto,  en todas hay tacos de horas donde no se ve solución cercana, esto ha empezado a perjudicar a las personas que viven en municipios cercanos y que trabajan en Bogotá como a negocios, clubes o atracciones que se encuentran en las afueras y que su negocio depende que los bogotanos asistan.

Si a principios de siglo no salíamos de Bogotá por cuenta de la inseguridad, de los retenes de la guerrilla en las goteras de la ciudad, hoy no lo hacemos de solo pensar en el tráfico y en las horas que nos vamos a demorar llegando. Mientras en cualquier ciudad de mundo un viaje a cien kilómetros puede durar entre una y dos horas aquí tenemos ejemplos de cinco y seis horas para ese trayecto. Es por esto que para los bogotanos la ciudad se ha convertido en una cárcel.

Mientras e hacen foros interminables sobre la Bogotá región no se hace nada por la interconexión con estos municipios con la capital, el taco de la autopista del sur es infame, el problema es en Bosa mas que en Soacha sobretodo cerca al portal del sur, la salida al llano igual, en la calle 13 se necesita priorizar las obras propuestas por la administración Peñalosa, la autopista del norte y carrera séptima está en cuidados intensivos, sobretodo que las obras propuestas no evitan el trancón desde la calle 100 hasta  la 170, la salida hacia La Calera tiene el gran problema de la calle 85 con carrera séptima que se superaba con las obras del Transmilenio por la séptima, al caerse este, esa obra se debe priorizar, la salida a Cota por Suba debe levantarse para que no se inunde y ser de doble calzada, por último la calle ochenta seguirá colapsando mientras sigan poniendo un semáforo cada cuadra, siempre nos dijeron que las vías con troncal de Transmilenio no tendrían rutas en otros carriles, esto nunca sucedió.

Si se hiciera un estudio serio de cuanto le vale en dinero a la ciudad los problemas de movilidad este problema se convertiría en una verdadera prioridad.

@SANTAMARIAURIBE

Publicado: enero 12 de 2020