Rechazo unánime recibieron las polémicas propuestas presentadas por la ANIF. El gobierno, los empresarios, los líderes políticos y los trabajadores, le dieron la espalda a la posibilidad de eliminar el aporte del empleador a las cajas de compensación y la eliminación de los intereses de las cesantías.
Estas propuestas, a todas luces inapropiadas para la coyuntura del país, buscan acabar con derechos adquiridos por los trabajadores colombianos, algo que de ninguna forma podemos permitir. Los colombianos debemos unirnos por una propuesta que permita seguir la senda de crecimiento económico del país, siendo esta la mejor herramienta de creación de empleo que tenemos, sin vulnerar a los trabajadores. Por el contrario, nuestro deber es velar por que cada uno de los colaboradores en Colombia tengan una mejor remuneración.
Desde el Centro Democrático y desde el gobierno nacional, hemos promovido la discusión de una economía fraterna, que permita mejores condiciones de vida a todos los sectores de la sociedad, manteniendo la iniciativa privada y la empresa como el motor de desarrollo de la sociedad. La empresa mirada como esa casa común donde a todos sus habitantes; accionistas, proveedores, colaboradores, medio ambiente y Estado les debe ir bien.
Percibir cómo los diferentes sectores de la sociedad han rechazado las propuestas de ANIF, me da la esperanza de creer que el país ha entendido la necesidad de impulsar una economía que defienda el bien común. Es imperativo que desde el Congreso le demos celeridad a discusiones como la prima adicional, la disminución de la jornada laboral, el fortalecimiento de las cajas de compensación, entre otras medidas que nos permitan cerrar la brecha de la desigualdad.
La coyuntura mundial nos ha demostrado que son millones las personas que se sienten por fuera del sistema económico. Esta realidad ha creado las oportunidades para el ascenso del populismo, que busca el cambio total del modelo económico y nos conduce al abismo. La economía fraterna como se ha denominado en Colombia, es la oportunidad real de cobijar a quienes hoy se sienten excluidos sin poner en jaque el crecimiento económico ni el desarrollo integral de la sociedad.
Parémosle – bolas a la importancia de la economía fraterna para nuestro país. No permitamos que los populistas aprovechen la coyuntura de descontento social para cambiarnos el modelo económico y político, poniendo en riesgo la institucionalidad democrática y los valores que la soportan, algo que con tanto esfuerzo hemos construido. En nuestras manos está el futuro de nuestro país.
Publicado: enero 27 de 2020
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