Una libreta de apuntes de uno de los capturados el día del último paro en Bogotá puso en evidencia el plan, a todas luces criminal, para neutralizar y atacar a la fuerza pública. En esas notas explicaban que los marchantes encapuchados se tenían que dividir en tres líneas de combate; la primera línea provista de escudos tenía a su cargo la defensa y la manera como tendrían que formarse, la segunda línea estaba a cargo de la defensa y el ataque lanzando papas bombas y gases y la tercera línea tenía que distraer a la fuerza pública utilizando espejos en el día y rayos laser en la noche. Además, quizás lo más grave, es que también contenía unas detalladas instrucciones de cómo armar bombas incendiarias y demás elementos para atacar a las autoridades.
La protesta está tutelada constitucional y legalmente pero no nos podemos confundir porque lo que ha venido sucediendo durante los paros promovidos por la extrema izquierda cae en varios tipos penales. También nos estamos equivocando en calificar como vándalos a un grupo de personas que están dispuestas a asesinar a los policías, vale recordar que el vandalismo es la destrucción de la propiedad privada o pública y no la destrucción o intento de destrucción de la vida. En Medellín un policía fue apuñaleado en el pecho, y está vivo porque tenía una libreta que amortiguo el filo del puñal. En Bogotá los policías fueron atacados con ladrillos, piedras y cualquier elemento que pudiese causar la muerte. Lo más evidente es que esos encapuchados no salieron a protestar, salieron a matar.
Muchos de esos encapuchados están enfermos de un odio que un sector político les ha alimentado para sacar futuros réditos electorales. Hablan de paquetazos de Duque que no existen, de las muertes de los líderes sociales que no comenzaron con el actual gobierno y que en su mayoría han sido por el accionar criminal de los narcos y/o guerrilleros o la combinación de ambos que están defendiendo su negocio maldito, para exigir que al ELN se les conceda el mismo acuerdo de impunidad de las FARC, para que desmonten el ESMAD y cualquier otra insensatez porque a una de esas artistas de la farándula activista llegó incluso a proponer que se cambiara el himno nacional. También marchan contra la corrupción, cosa que me parecería magnifica, si no fuera porque nunca vi a Petro – el mayor promotor de la reelección de Santos siendo alcalde de Bogotá – invitando a una marcha contra el Gobierno que guarda en el bolsillo un rosario de hechos de corrupción. Ni siquiera la paz se salvó de la corrupción porque ahora sí está saliendo a la luz pública que se desvanecieron miles de millones del erario en contratos, ¿se acuerdan cuando estábamos en la oposición y hablábamos del Cartel de la Paloma? Bueno… a eso nos referíamos.
Cuando observo por televisión las marchas no puedo dejar de preguntarme quién está financiando todo. Cuando nosotros organizábamos nuestras marchas hacíamos carteles a mano, cada cual corría con el gasto de su camiseta, las bombas con las que salíamos eran decorativas y no incendiarias y, por encima de todo, procurábamos hacerlas durante el fin de semana para no obstruir el normal funcionamiento de las ciudades y porque la gente tenía que trabajar. Nunca tuvimos muertos o heridos, no porque la fuerza pública o el ESMAD no se hiciera presente, sino porque nunca recurrimos a la violencia. Jamás se nos ocurrió pintar una pared, y por el contrario, siempre limpiábamos después de estar en algún sitio. Volviendo al tema de la financiación sí sería importante que se investigara a fondo quién está financiando a los violentos marchantes porque dudo enormemente que estén haciendo colectas de sus propios bolsillos para costearse escudos cromados y elementos para hacer bombas.
Por último quiero recordarles que en el marco del paro, Dylan no ha sido el único muerto. En la Universidad del Atlántico en diciembre, Madelayne Ortega de 17 años fue asesinada durante una toma de los estudiantes del establecimiento educativo. Ninguno de los promotores del paro mencionan su nombre porque no les sirve para sus propósitos incendiarios como sí les sirve la muerte de Dylan.
Publicado: enero 24 de 2020
La cartilla pétrea superior al código de policía, para la muestra un botón… La justicia y la corrupción perfecto aliado del narcotrafico. JBS
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