Creyendo equivocadamente que el gobierno del presidente Duque es débil, la banda terrorista ELN continúa intentando doblegar al Estado colombiano a punta de acciones de terrorismo. Hace un año, el demencial ataque en contra de la escuela de cadetes General Santander, notificó al país, del nivel de sadismo de los integrantes de esa banda criminal.
Y cualquier duda que pudiera existir al respecto, quedó despejada la semana pasada, con las acciones terroristas contra la base aérea de Yopal y la brutal emboscada contra una patrulla de la Policía en la carretera entre Samaniego y Túquerres -Nariño-, en la que un miembro de esa institución perdió la vida.
Nadie se opone a un proceso de negociación que se traduzca en la desmovilización de un grupo armado al margen de la ley. Si efectivamente el ELN tuviera intención de hacer la paz, hace muchos años habría suspendido sus acciones terroristas.
Para que un diálogo pueda darse, es necesario un cese integral e indefinido de todas las acciones de violencia. Y en este aspecto, debe irse mucho más allá de la suspensión de los ataques cobardes contra nuestra Fuerza Pública. Además de ello, es requisito sine qua non que la guerrilla del ELN suspenda todas sus actividades de narcotráfico, extorsión, libere sin contraprestación ni demoras a todos los secuestrados que tiene en su poder y, muy importante, que proceda a la desvinculación de la totalidad de niños reclutados forzosamente.
Hoy por hoy, el grueso de los miembros del ELN son niños que fueron reclutados contra su voluntad, en una clara violación al DIH y a los Derechos Humanos. Por tratarse de un crimen de lesa humanidad, castigado con penas severas por la corte penal internacional, resultaría impensable que un gobierno serio como el del presidente Iván Duque contemplara la posibilidad de sentarse a dialogar con la guerrilla que comanda el narcotraficante alias “Gabino”, mientras haya un solo niño en sus filas.
Las Fuerzas Militares y la Policía de Colombia cuentan con la suficiente capacidad para enfrentar y doblegar al ELN, estructura que efectivamente goza del respaldo de los regímenes más peligrosos de la región como son los de Cuba y Venezuela, pero aquello ni es nuevo ni es un impedimento para lograr la victoria en el campo de batalla.
Cero tolerancia frente al terrorismo. El presidente Duque ha sido claro y vehemente en sus mensajes: mientras continúen las acciones de violencia, no hay nada de qué hablar.
El mejor homenaje que le podemos rendir al patrullero Luis Alejandro Flórez -vilmente asesinado en la emboscada que tuvo lugar en el departamento de Nariño-, es cerrando filas alrededor de nuestra Fuerza Pública, ratificarle nuestra confianza ciudadana y brindando todo nuestro respaldo para impedir que los antisociales, esos mismos que infructuosamente llevan décadas enteras tratando de doblegarnos con sus fusiles y sus explosivos, se salgan con la suya.
Publicado: enero 13 de 2020
3.5