El año que empieza estará más movido que comparsa del Carnaval de Barranquilla en plena Batalla de Flores, por una razón elemental: en los próximos meses habrán de definirse muchos asuntos pendientes que resultan trascendentales y sustantivos para el devenir de la Nación.
En el nivel gobierno, se hace absolutamente necesario armar una nueva y verdadera coalición, que le permita a Duque maniobrar, en medio de tantas adversidades. Para ello es urgente recomponer el gabinete: hay que sacar a tantos “gallos bastos” y cambiarlos por “halcones” de la talla de Carlos Holmes Trujillo, Carrasquilla o Margarita Cabello. Se requieren jefes de cartera con carácter, que además estén comprometidos con los postulados del primer mandatario y que defiendan al presidente con ahínco y ardentía, y no ruedas sueltas como la nueva ministra de ciencia y tecnología, que llegó al cargo a usurpar funciones, hablando de lo que no le compete, con una clara agenda personal. Esa nueva plantilla o nómina debe constituirse y ser el resultado de una alianza patriótica de distintos sectores políticos, que, bajo la égida de ciertos acuerdos programáticos, permita ampliar la gobernabilidad y cerrarle el paso a la extrema izquierda, en sus oscuras intenciones de hacerse al poder.
Una administración con gobernabilidad claramente podrá actuar con mayor eficacia y contundencia. ¡Y sí que se necesita de los mencionados atributos, para sacar al país adelante y cuando de contener todas las manifestaciones criminales se trata! Ahora bien, si el ejecutivo tiene claro que el desastre que padece esta patria adolorida (en todas sus esferas) es patrocinado de una manera u otra por el dinero putrefacto de los cultivos ilícitos, habrá encontrado la “pepa” del problema, o la solución, si se quiere. Por tanto, lo que corresponde es empezar por donde se debe: fumigando y erradicando, con glifosato, las más de 200.000 hectáreas de coca que nos dejó como herencia el tartufo Santos. Es justo en ese maldito cáncer en donde se encuentra la génesis de todos nuestros males. Se trata de un asunto de seguridad nacional, continental y mundial. ¡A fumigar con toda!
En el 2020, los paros regresarán y con mayor intensidad, cada vez haciendo reclamos y peticiones más absurdas, porque a sus promotores no les interesan las soluciones, sino el caos, para cosechar el odio y la inconformidad que tanto divide a la sociedad, ya que así (según ellos), apelando al populismo y la demagogia, conseguirán los votos que no tienen para alcanzar el poder. En consecuencia, el presidente Duque deberá actuar con mano de hierro para sofocar las aberraciones de aquellos que quieren destruir a la República. Ya sabemos que la izquierda radical, apelando a todas las formas de lucha, hará hasta lo imposible por arrodillar la institucionalidad: en eso están unidos políticos con asiento en el Congreso, oenegés, las supuestas disidencias, seudoperiodistas, funcionarios públicos y movimientos sociales con claros y reprochables intereses mezquinos y subalternos.
Las asignaturas pendientes son bastantes; de eso no hay duda; pero considero que, partiendo de la base anteriormente descrita, es mucho lo que se puede avanzar en la solución de tantos problemas estructurales; de lo contrario, asistiremos, atónitos, a un espectáculo deplorable: el ascenso irremediable de la izquierda hacia el poder, y lo de Venezuela parecerá un mal chiste al lado de la espeluznante realidad que habrá de padecer Colombia.
La ñapa I: Dura es la ley, pero es la ley: Uber no fue regulado en su momento y ahí está el resultado. De cualquier manera, no se le puede privar a la ciudadanía de un servicio que hoy resulta indispensable en el resto del mundo.
La ñapa II: En 2020, Petro y Claudia López se van a despedazar. ¡Ya verán cómo se atacará ese par!
La ñapa III: ¿Qué está pagando España para merecer a dos tránsfugas como Sánchez e Iglesias?
La ñapa IV: El comportamiento de Petro es patológico y, por tanto, delirante. Cada día se desdibuja más. ¡Enhorabuena!
La ñapa V: Aquellos que quieren acabar con el ESMAD, con la aspersión aérea y los bombardeos a los campamentos guerrilleros son los mismos que promueven y patrocinan la anarquía y la desinstitucionalización. Prueba irrefutable de que el país les importa un carajo: lo que los trasnocha es el poder a como dé lugar y a cualquier precio, incluso por encima de las ruinas de la nación.
La ñapa VI: El arte se hizo para unir; la política, en cambio, siempre divide, porque la base de la democracia es precisamente el disenso. Los artistas que opinan sobre política (tienen derecho como cualquier ciudadano) deben entender que al hacer activismo serán más los enemigos que los amigos que tengan en su haber.
Publicado: enero 12 de 2020
4.5