Tras la salida de Guillermo Botero del Ministerio de Defensa la principal prioridad en estos momentos es encontrar el perfil indicado para ocupar esa posición. Por supuesto que hay que analizar las circunstancias en que se dio su salida, pero como País no podemos dedicarnos a llorar sobre la leche derramada.
Defensa es una de las carteras más importantes del Gobierno. Administra un presupuesto anual que superará el otro año los $35 billones de pesos y tiene bajo su mando a más de 500.000 soldados que, incluyendo a la reserva, componen las Fuerzas Militares.
Además, tiene la responsabilidad de disminuir el exorbitante número de más de 200mi hectáreas de coca que recibió esta administración y recuperar el control territorial de zonas estratégicas como el Catatumbo, el Cauca o el Urabá que hoy en día están completamente cooptados por los GAO (Grupos Armados Organizados) que se matan a diario con tal de tener el control del narcotráfico en dichos lugares.
Por eso, la designación del nuevo Ministro de Defensa no debe ser una decisión tomada a la ligera por parte del Presidente. El País requiere de un líder que con autoridad y respeto levante la moral de una tropa que se requiere más que nunca para combatir el flagelo que promueve todas las violencias: el narcotráfico.
Asimismo, y no es un aspecto menor, las Fuerzas Militares necesitan de una persona con un carácter probado que no se aminore ante los sistemáticos ataques que se han articulado desde el año pasado en contra de los actuales miembros de la cúpula militar, quienes con valentía están recuperando la grandeza de una institución que fue igualada a los peores bandidos que ha visto Colombia.
El reto no es fácil. El perfil para ese cargo exige una combinación de experiencia ejecutiva, capacidad de mando, firmeza y buen relacionamiento con el Congreso. ¿Quién será el indicado?…
Ojalá que el Presidente tome una decisión que tenga en cuenta, antes que cualquier otro consejo, la opinión de los soldados y policías de la Patria. Al final, serán ellos quienes harán equipo con el nuevo Ministro para recuperar la seguridad del País.
Un error en cualquier otra cartera puede significar alguna dificultad presupuestal o logística, pero una falla en esta cartera implica poner en riesgo vidas humanas. Además, la defensa de la principal bandera que llevó al poder a este Gobierno debe realizarse con una vehemencia y contundencia que en las regiones se espera con ansias.
Publicado: noviembre 8 de 2019
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