Minutos después de que las autoridades capturaran a la señora Ruby Corredor, mujer que Armando Benedetti utilizó como fachada para comprarle a la Dirección de Estupefacientes su lujoso apartamento, el parlamentario aseguró a través de sus redes sociales que aquello era un montaje en su contra, urdido por la Fiscalía General de la Nación.
En palabras suyas, “este es el 7mo montaje de los rufianes para exponerme ante la opinión. ¿Para qué necesitaba un testaferro si tenía la plata para comprar el apto, como está justificada en mi declaración de renta? Yo No pagué la admón de ese apartamento en 2009. Si es así, renuncio al Congreso”.
El apartamento en cuestión -y por el que la justicia libró medida de aseguramiento en contra de la señora Corredor, consistente en prohibir su salida de Colombia- es, de acuerdo con el registro de instrumentos públicos, el número 604, ubicado en el edificio denominado “Altos del Retiro”.
Según el documento de registro, la propiedad fue escriturada a nombre de Armando Benedetti el 17 de diciembre de 2010.
Él alega que antes de esa fecha no tenía ninguna vinculación con la señora Corredor ni mucho menos con dicho inmueble. Así mismo, aseguró ante el país entero que si aparece una prueba que confirme que él pagaba la administración del apartamento, antes de diciembre 17 de 2019, él renunciaría al congreso. ¿Cumplirá su promesa?
En poder de la sala de instrucción de la Corte Suprema de Justicia, reposan los soportes históricos de los pagos que sobre la administración se han realizado.
Así, por ejemplo LOS IRREVERENTES conocieron el recibo de caja número 21464 del 22 de diciembre de 2009 -un año antes de que el apartamento fuera escriturado a nombre suyo- en el que Armando Benedetti hizo un abono a la administración, por $284,351 pesos.
Así mismo, en poder de la Corte Suprema de Justicia, se encuentra el soporte de los pagos de las administraciones por los meses de junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre de 2009 y los pagos de las cuotas extraordinarias de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre de aquel año, por el apartamento 604, el mismo que en diciembre de 2010 le fuera escriturado al senador Benedetti. Dicho recibo, también está a su nombre.
La prueba que demuestra que Benedetti pagaba las obligaciones de esa propiedad, a pesar de que la misma estuviera registrada en la administración del conjunto residencial a nombre de la señora Ruby Corredor, es el recibo que aparece a nombre de esa señora, en octubre de 2010.
Si fuera cierta la versión del parlamentario, en el sentido de que él se hizo propietario del inmueble en diciembre de 2010, ¿por qué motivo, asumió el pago de la administración de octubre de aquel año, cuenta que debía saldar la señora Corredor? ¿Un acto de desmedida generosidad del congresista?
Y para que no queden dudas de que se trata del mismo apartamento y que no hay una confusión en la nomenclatura de los mismos -interrogante que igualmente queda despejado con el certificado de tradición-, los investigadores tienen en su poder otro recibió, pero del año 2012 cuando el inmueble ya estaba escriturado a nombre del doctor Benedetti Villaneda. Como se nota en esa evidencia, se trata de la misma propiedad, con la misma nomenclatura y con un hecho que es muy diciente: los pagos, en todos los casos, se perfeccionaron en efectivo.
Así mismo, una vecina del condominio le confirmó a este portal que en aquel conjunto residencial hay 7 torres. En cada una de ella, hay un apartamento por piso, razón por la que en ninguno de los demás edificios que hacen parte de “Altos del Retiro”, existe otro apartamento -además del de Armando Benedetti-, bajo la denominación “604”.
“Lo explico de manera detenida: Benedetti vive en la torre D y todos los apartamentos de ahí terminan con el número 4. En la torre A con el número 1; en la B con el 2; en la C con el 3; en la D, como ya le expresé con el 4; en la E con el 5 y en la F con el 6…”, comentó la vecina de Armando Benedetti, quien así mismo reveló que los residentes de “Altos del Retiro”, siempre han estado desesperados con los escándalos protagonizados por el congresista: “Desde que vivía en alquiler en la torre H -donde hay dos apartamentos por piso, todos con nomenclatura que termina en 1 y 2. En la torre H no hay un apartamento «604»-, los gritos, golpizas y algarabías propiciadas por Benedetti, obligaron a la propietaria del inmueble a no renovarle el contrato”.
Ahora, la palabra la tiene la Corte Suprema, juez natural del congresista. Y también él, que ofreció su renuncia al senado en caso de que se probara -como en efecto ha sucedido- que él hizo pagos relacionados con su apartamento, con anterioridad al 17 de diciembre de 2010.
Publicado: noviembre 6 de 2019
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