El senador santista y arquitecto del acuerdo de impunidad con la banda terrorista Farc, Roy Leonardo Barreras, sistemáticamente se ha encargado de mostrarse como un canalla y desleal, que ejerce la política con odio y sed de venganza.
Utilizando un impostado tono de voz reposado y supuestamente ponderado, se concentra en lanzar toda suerte de puyas y desafíos de manera sibilina, pues si algo lo caracteriza es su falta de valor para atacar de frente, con argumentos sólidos y razones válidas.
Ahora, el ministro de Defensa Guillermo Botero está en la mira de Barreras, quien promueve una errática y poco promisoria moción de censura contra ese funcionario.
Barreras ataca con inclemencia a Botero por cuenta de la inseguridad y de los cultivos ilícitos que inundan a nuestra geografía, pero no se atreve a decir una sola palabra respecto del causante de la trágica situación que encontró el actual gobierno, en agosto del año pasado.
Si Roy Leonardo fuera mínimamente honesto, reconocería que, con su apoyo, Juan Manuel Santos le permitió a las Farc inundar a Colombia con plantas de coca.
No se puede desconocer ni olvidar que el gobierno anterior se encargó de convertir a nuestro país en un narcoestado. Santos y sus compinches -entre los que Roy ocupa un lugar destacadísimo-, suspendieron la fumigación aérea, lograron que la corte constitucional prohibiera el uso de glifosato, abrieron la compuerta para que los grupos ilegales crecieran exponencialmente y no hicieron nada para impedir que las Farc dejaran a una importante porción de sus integrantes armados y disfrazados de “disidentes”.
¿Cuántos debates o cuestionamientos le hizo Roy Barreras al ministro de Defensa de Santos, Luis Carlos Villegas? La respuesta es evidente: ¡Cero!
Es natural que Barreras esté resentido con Iván Duque, presidente que está comprometido en la lucha contra la corrupción. Una de las primeras acciones del actual gobierno, fue la de erradicar de tajo la relación transaccional entre el Ejecutivo y el Congreso, práctica nefanda que estableció Juan Manuel Santos.
Si alguien se benefició de la tristemente célebre mermelada santista, ese fue Roy Barreras, sujeto al que le fueron entregadas entidades en las que pululó la corrupción, hechos que desafortunadamente no han querido ser investigados por la justicia, con la rigurosidad que amerita.
Barreras quiere defenestrar al ministro de Defensa. No logrará su propósito. Ese funcionario, que se ha visto obligado a trabajar con las uñas para reconstruir a nuestras Fuerzas Militares y contener el crecimiento de los cultivos ilícitos, no solo debe permanecer en su cargo, sino recibir el respaldo de todo el país.
El crimen organizado no se enfrenta con discursos farsantes como los que se le oyen permanentemente a Roy Barreras, sino con planes de acción inteligentes como los que se han trazado e implementado en los primeros meses del gobierno de Iván Duque.
Y las cifras demuestran que las medidas adoptadas han sido acertadas. Los secuestros se redujeron en un 50%, pasando de 140 a 70 casos entre 2018 y 2019. Así mismo, se observa una disminución del 2% en los homicidios.
En 2018, 4179 miembros de grupos ilegales fueron neutralizados. Desde que Duque asumió la presidencia, se ha registrado un aumento del 17% en la neutralización de antisociales, llegando a 5 mil.
Este año, a pesar de las trabas impuestas por la corte constitucional, se han erradicado más de 65 mil hectáreas de coca y se estima que para el 31 de diciembre esta cifra llegue a las 80 mil hectáreas.
Lo que Roy Barreras, tan amigo de la supuesta paz con los terroristas no se atreve a decir es que desde el 7 de agosto del año pasado, las acciones de la guerrilla terrorista se duplicaron, pasando de 10 a 20 casos. Lo mismo ha sucedido con las acciones terroristas, que reflejan un crecimiento del 20% -de 128 a 154 casos-.
El ministro Botero ha hecho las cosas bien, sin protagonismos ni fantocherías y, más temprano que tarde, el país empezará a registrar los resultados de la política de seguridad de nuestro gobierno.
Publicado: octubre 17 de 2019
3.5
4.5
5