Cada octubre se celebra en todo el mundo, el mes para la concientización de la prevención del cáncer de seno. Según la OMS, al año aparecen 1.38 millones de nuevos casos y 458 mil muertes por esta afección. Este tipo de cáncer es, de lejos, el más frecuente en las mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo y afecta alrededor del 16% de las mujeres a nivel mundial.
Su incidencia ha ido en aumento, sobretodo en países en desarrollo como consecuencia del aumento de la esperanza de vida, así como la inclusión de estilos de vida occidentalizados, aumentando por el riesgo de obesidad, consumo de alcohol, exposición a anticonceptivos orales por tiempo prolongado, terapias de reemplazo hormonal, embarazos a edad tardía, lactancia materna muy corta, etc.
Todos estos, son considerados factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de seno, además de tener una base genética significativa. Una cantidad notable de los casos de cáncer de seno en los países de ingresos bajos y medios, se presenta porque el diagnóstico se hace en fases muy avanzadas. Las estrategias de prevención no han sido herramientas efectivas, porque en primer lugar no hay suficiente divulgación y educación sobre las mismas, y los métodos de tamizaje son muy difíciles de financiar.
De todas maneras, los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer de seno son aún insuficientes. Por tal razón, los métodos de diagnóstico precoz son la clave para combatir y tratar oportunamente la enfermedad. La exploración mamaria es uno de ellos, proporcionando la posibilidad de reconocer los primeros signos y síntomas, aunque no es reconocido como un método de tamizaje propiamente dicho, sí se ha establecido como medio para fomentar la toma de conciencia entre las mujeres en situación de riesgo.
La mamografía es el único método de tamizaje que ha mostrado ser eficaz. El problema, es que absorbe altos recursos económicos y realizarlo en un programa de prevención en países pobres, no tendrá el efecto esperado, pues esta no podrá ejecutarse en el 100% de la población objeto.
Cuando el cáncer de seno, como cualquier otro tipo de cáncer, es detectado en su etapa inicial, las posibilidades de curación son elevadas dado que se establece un diagnóstico y tratamiento oportunos.
Por el contrario, cuando la detección es tardía, la posibilidad de tratamiento es limitada y como consecuencia traerá efectos catastróficos para la paciente, su familia y entorno, así como para los sistemas de salud, impactando negativamente los recursos que se destinan para la atención integral de los pacientes a nivel mundial.
Por tener un impacto de gran magnitud, es prioritario que la prevención de esta enfermedad ocupe un lugar preponderante en los modelos de salud pública en los países.
Publicado: octubre 22 de 2019