“Sabemos que no hay dogmas en política; solo hay verdades experimentales que acostumbramos a decorar con el nombre de principios” Rafael Uribe Uribe.
Perdimos. En las condiciones que el gobierno recibió el país de manos de Santos la gente esperaba una reacción fuerte, mayor claridad en la acción sobre los entuertos por corregir, no amilanarse con la dictadura de los jueces, acción más contundente en el control de los cultivos ilícitos, el narcotráfico, las disidencias de las Farc, la JEP, los bandidos reincidentes, el desempleo. Pero Duque es prudente, conciliador y discreto y le faltó comunicación, si la prensa no le camina, use las redes sociales.
Perdimos una batalla, no la guerra y Duque tiene dos opciones claras: dejar de lado su excesiva prudencia o la entrega del país al comunismo que desde Cuba y Venezuela pretenden imponernos como lo advirtió Diosdado Cabello: “lo que está pasando en Ecuador, Perú y Chile son solo brisitas, el huracán viene para Colombia y de ello no puede escapar”.
La izquierda triunfó en ciudades claves: Bogotá, así Claudia López diga que es del centro, Medellín donde Quintero logró vender su “independencia” después de haber participado activamente en la campaña de Petro, Cali, Manizales y Pasto.
El ego de algunos candidatos evitó posibles coaliciones que habrían derrotado a sus adversarios: Galán y Uribe en Bogotá es un reflejo, después de haber padecido la desastrosa alcaldía de Petro ganada con minoría de votos; en Medellín el palo de la rueda fue Juan Carlos Vélez y, así, en otras partes. No era el momento para errores políticos.
Los grandes lunares que tendrá que enfrentar Duque serán: el desempleo, en parte generado por la desconfianza de los inversionistas debida la confiscatoria reforma tributaria de Santos, la suerte corrida por la ley de financiamiento, la inseguridad jurídica por torcidos fallos de las cortes y la migración masiva de venezolanos; la fumigación con glifosato de los cultivos ilícitos; la persecución de los disidentes de las Farc y los grupos ilegales con ellos asociados; la infiltración de los carteles mejicanos de la droga; la falta de gobernabilidad; las relaciones con Cuba, encubierto enemigo; las amenazas de Venezuela; la corrupción, y la debilidad de las instituciones para solo mencionar los más visibles. Esperamos que el presidente entienda el mensaje del pueblo.
Esto fue lo que ocurrió en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador con Correa y Bolivia. No es hora de amilanarnos, para atrás ni para coger impulso.
El Rincón de Dios
«Dios no les da las batallas más duras a sus soldados más fuertes, Él forma a sus soldados más fuertes a través de las batallas más duras».
Publicado: noviembre 1 de 2019
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