Hace unos días se dio a conocer el décimo Índice de Ciudades Destino Global de Mastercard que concluyó, entre otras cosas, que el número de turistas que pasan la noche en Bogotá se incrementó 9,3 por ciento en promedio durante los últimos 10 años. En el ránking de ciudades en Latinoamérica que hace la investigación, Bogotá se ubica en el cuarto lugar, por debajo de Cancún (México), Santiago (Chile) y Tacna (Perú).
El estudio también concluye que el gasto promedio de los turistas es de 74 dólares diarios y que el origen es predominantemente Estados Unidos. Cifras que nos invitan a reflexionar sobre los avances y desafíos que Bogotá registra en esta materia pero además sobre lo prioritario que resulta en la agenda el turismo para los proximos cuatro años.
Hay cuatro frentes en los que debe trabajarse con total celeridad como ciudad con el liderazgo del Distrito y desde el acompañamiento del Concejo de Bogotá: infraestructura para crecer en capacidad, calidad en el servicio al cliente con estandar mundial, orientación a la sostenibilidad y tecnología para la inclusión. La suma de los cuatro aspectos permitirán que Bogotá aproveche el potencial que tiene como destino de negocios.
En ese orden de ideas, Bogotá debe seguir creciendo en infraestructura e implementar proyectos los próximos cuatro años que garanticen las mejores condiciones para los turistas que arriban a la ciudad. La movilidad no debe ser un problema que desestimule la llegada de ejecutivos o empresarios con sus familias a la ciudad. Tampoco lo deben ser las condiciones de los terminales aéreo o terrestre, ni mucho menos aún, las vías que conectan a Bogotá con las ciudades aledañas.
Otro aspecto no menos importante es la calidad del servicio en el que se debe trabajar mucho. Debemos profundizar en el entrenamiento del personal para que además de bilingüe, se sintonice con los altos estándares globales en la organización de eventos. Uno de los grandes potenciales de Bogotá es nuestra gente por lo que brindar capacitaciones desde el Distrito en alianza con los empresarios será de gran ayuda para garantizar fidelización como destino por parte de los turistas.
Y claramente el enfoque hacia la sostenibilidad, más que una obligación es sintonizarse con el presente. El turismo responsable, enfocado desde la capacidad de hacer un uso eficiente de los recursos, reciclando, reprocesando desechos, ahorrando energía o utilizando alternativas y con una cultura profunda de compromiso por parte de toda la cadena de valor, nos dará un diferencial como destino que valorarán los turistas a la hora de elegirnos como ciudad. No nos podemos equivocar en este punto.
Finalmente, un aspecto que se volvió determinante en la industria del turismo es la tecnología. Si queremos ser una ciudad inteligente debemos concentrar la información en tiempo real sobre la agenda de eventos, las formas de movilizarse, los sistemas de bienes y servicios básicos como hospitales o instituciones educativas y todo aquello que facilite la estancia del turista. La tecnología puede convertir en toda una experiencia la visita de millones de personas a Bogotá.
Con todo lo anterior, el informe revelado recientemente nos llena de orgullo pero también debe recordarnos que aún tenemos desafíos enormes para posicionar a Bogotá como una ciudad destino de clase mundial que genere empleo y progreso alrededor del turismo. Podemos lograrlo pero debemos trabajar con prioridad en la agenda los próximos cuatro años desde la Alcaldía y el Concejo.
Publicado: octubre 3 de 2019