Ángela Hernández, representa a miles y miles de mujeres capaces de vencer su propia adversidad.
El país la conoció cuando en su ejercicio como diputada de Santander alertó con vehemencia que la exministra de educación y hoy fugitiva Gina Parody, pretendía desde el Ministerio de Educación imponer la catedra “ideología de género” en todos los colegios del país. Esa alarma prendida por la diputada en el año 2016 se escucho por todo el país generando unidad en millones de familias quienes ante la amenaza comenzaron a movilizarse y defender el derecho y deber que le asiste al núcleo familiar de impartir las primeras líneas de educación sexual en sus hijos.
Ese acto de coherencia, carácter y valentía de Ángela Hernández, le costó la persecución rabiosa del establecimiento bogocentrista que pretendió ubicarla y señalarla de homofóbica, ortodoxa y enemiga de los derechos que tiene la comunidad LGTBI. Ángela no se amilanó, por el contrario, esa batalla democrática le permitió ganarse el respeto y admiración de millones de personas en Colombia, Latinoamérica y del mundo cristiano, quienes la vemos como referente de defensora de la Familia y la Vida.
En Santander, por carambolas de la política electoral, terminó de candidata a la gobernación de Santander, avalada por el partido de la U, Centro Democrático, Partido Liberal y las organizaciones político-religiosas, Colombia Justa y MIRA. Los primeros señalamientos contra Ángela fueron que ella no tenía el dinero para asumir la campaña electoral, ¡háganme el favor!
Este sistema electoral es tan corrupto que el único señalamiento contra la joven candidata fue no tener los miles y miles de millones para comprar conciencias y apoyos de concejales, diputados y candidatos alcaldías que hacen del debate electoral y democrático el más asquiento de los actos de corrupción.
Con el avance de los días, Ángela derrotó esa pequeñez para concentrar su campaña en trasmitir importancia de recuperar los valores colectivos e individuales perdidos en Santander y pactar entre todos los ciudadanos sin distinción alguna un acuerdo sobre lo fundamental donde la lucha frontal contra la corrupción pública y privada sea la esencia de su gobierno.
Ángela Hernández, compite fácticamente contra toda la clase política que ha gobernado a Santander y que hoy se agrupo entorno a la casa Aguilar, quienes después de 18 años de actividad política pretenden una tercera gobernación en cabeza del exsenador Mauricio Aguilar; por otro lado, compite contra la candidatura de Leónidas Gómez, un exmilitante del MOIR, quien representa rabiosamente los postulados y los intereses del petrismo, la UP, el Polo Democrático y sectores de las FARC.
Ángela, cuenta con el apoyo institucional de varios partidos, incluido el Centro Democrático; pero se debe dejar claridad que la gran mayoría de candidatos de este partido no apoyan a la candidata oficial del uribismo, porquè en el proceso de otorgamiento de avales, varios precandidatos alcaldías, asambleas y concejos engañaron a las directivas nacionales para obtener el aval, usurpando militancia que hoy no aplican en estas elecciones regionales por apoyar candidaturas que no representa la plataforma ideología del Centro Democrático.
Ángela, es una mujer de profundas convicciones morales, éticas y espirituales, cimientos que le han permitido seguir adelante y demostrar con hechos, con trabajo, con propuestas, pero sobre todo con valentía, pasión y amor por Santander, que es posible hacer política de manera correcta y decente, sin comprar un solo voto, sin vender o hipotecar secretarias de despacho, hospitales, y sin feriar el presupuesto departamental para sumar apoyos vergonzantes.
Ángela pasó de ser una candidata más a ser la candidata revelación en las elecciones de Santander. Su capacidad de trabajo, de interpretación de la gente de a pie, su fuerza argumentativa probada en los debates le permite estar en la recta final batallando con inmensas posibilidades de ganar la elección; gracias también al apoyo de miles y miles de ciudadanos que representan el voto de opinión.
Lo interesante y significativo de la elección de Ángela Hernández, es que con ella se recuperaría la confianza del gobierno nacional y de sectores del establecimiento regional en la figura del gobernador de Santander, al tener una gobernadora que lo único que pesa sobre ella es la certeza de su honorabilidad: suficiente para un departamento donde el ejercicio político quedó reducido al dinero y la podredumbre.
Publicado: octubre 15 de 2019
3.5