El tirano venezolano, Nicolás Maduro, ha lanzado una nueva amenaza contra nuestro país, al ordenar el despliegue de misiles balísticos hacia la frontera.
No es la primera vez que la satrapía venezolana intenta amedrentar a Colombia. En su momento, el dictador Hugo Chávez, durante el gobierno del presidente Uribe, ordenó la movilización de tanques de guerra hacia determinados puntos limítrofes.
Como es natural, el general que recibió la instrucción -en medio del programa de televisión “Aló Presidente”- no cumplió el mandato, pero quedó en evidencia la intención bélica del gobierno venezolano.
Nicolás Maduro está perfectamente acorralado. Su dictadura hace agua. Estados Unidos, ha incluido a sus familiares y lugartenientes en las listas de narcotraficantes, elaboradas por distintas agencias federales.
Así mismo, se ha decretado un bloqueo de las cuentas de la dictadura, para efectos de cortar el ingreso de recursos con los que los matones al servicio del régimen, financian los mecanismo con los que martirizan al pueblo venezolano.
Ahora bien: esta nueva amenaza de Maduro, que se profirió como reacción a la denuncia del presidente Duque en el sentido de que Venezuela sirve de refugio para los capos de las Farc, Jesús Sántrich y su lazarillo Iván Márquez, debe ser respondida con verticalidad y entereza.
El canciller Carlos Holmes Trujillo, hizo un pronunciamiento enérgico en el que ratificó que “la amenaza de Maduro la siente Colombia desde hace mucho tiempo. Es una amenaza que proviene del régimen chavista que se ha prolongado durante el régimen madurista”.
Nicolás Maduro y su camarilla, además de ser un peligro para el pueblo venezolano, se constituyen en una amenaza para la estabilidad regional.
Está probado que Maduro ha convertido a su país en un refugio para peligrosas organizaciones terroristas. La Asamblea Nacional de Venezuela, recientemente aprobó un listado de grupos terroristas internacionales a los que Maduro les ha abierto las puertas de su país.
Entre los grupos incluidos en la resolución aprobada por la asamblea venezolana, se encuentran las Farc y el grupo extremista libanés, Hezbollah.
Las palabras del canciller Carlos Holmes Trujillo contra la inaudita amenaza del narcodictador Maduro, dejan en firme que nuestro gobierno no está dispuesto a permitir que ese salvaje amedrente a nuestro pueblo, anunciando el envío de misiles a la frontera.
Se equivoca el criminal Maduro, si cree que el presidente Iván Duque no estará a la altura del desafío que él le está planteando a Colombia.
Urge que la región, en el marco de la OEA, tome cartas en el asunto, pues una amenaza de ese calibre no puede pasar desapercibida.
Publicado: septiembre 6 de 2019
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