María Jimena Duzán, una periodista de reconocido rencor contra el uribismo, en su reciente columna en la revista Semana, fabricó un argumento que, además de mentiroso, resulta totalmente irresponsable.
Según ella, en un taller Construyendo Paísque tuvo lugar en Medellín, “en su intervención acalorada y fogosa, Uribe, prácticamente, le dice a Duque que le declare de una vez por todas la guerra a Venezuela porque de esa manera se le respondería a Maduro su afrenta por haberle brindado abrigo a la disidencia liderada por Iván Márquez…”.
Valga recordar que Duzán fue una entusiasta promotora del acuerdo de impunidad entre Santos y la banda terrorista de las Farc. El día del plebiscito, cuando las autoridades electorales -todas santistas- se vieron obligadas a reconocer que la mayoría ciudadana votó por el NO, la periodista atinó a publicar un trino desesperado en el que expresó: “Me da vergüenza ser colombiana”.
No dijo ni una sola palabra, cuando Santos resolvió robarse el resultado del plebiscito, una acción abiertamente antidemocrática. Todo lo contrario: ella, con su presencia en la comitiva que acompañó a Santos a recoger el Nobel de Paz, se convirtió en una validadora de facto de ese monumental fraude que generó una fractura irremediable en nuestra sociedad.
Es natural que María Jimena Duzán, que creyó ciegamente en la “buena fe” de los terroristas de las Farc, esté desconcertada y desesperada frente a los hechos recientes que confirman que esa banda delincuencial no tiene la mínima intención de cumplir su palabra.
El rearme de Jesús Sántrich y su lazarillo Iván Márquez, no es un asunto de menor cuantía: Márquez fue el vocero de las Farc durante el proceso de La Habana. Él fue la persona que fijó las condiciones finales del acuerdo que el pueblo colombiano rechazó en las urnas, decisión soberana que condujo a la periodista Duzán a sentir vergüenza de su nacionalidad.
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Uribe, nunca ha sugerido ni mencionado una guerra con Venezuela. Claro que es deber de nuestra Fuerza Pública garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y la integridad de nuestra soberanía. Militares y policías, tienen la obligación constitucional de combatir y controlar a todos los factores desestabilizadores, como en efecto son las denominadas “disidencias” de las Farc que son, en realidad, el brazo armado de los delincuentes a los que Santos, en un abrir y cerrar de ojos, convirtió, contra la voluntad del pueblo, en “actores políticos”, con la complicidad de María Jimena Duzán.
Resulta irresponsable que la periodista Duzán haga ese tipo de fabricaciones argumentativas, con el propósito de recrear una supuesta guerra. Aquello, alienta el nivel de paranoia de la dictadura criminal de Venezuela, precisamente en momentos en que los miembros del ejército al servicio de Maduro, adelantan ejercicios militares en la frontera.
No se entiende por qué a la señora Duzán le molesta tanto que el gobierno haya fijado recompensas económicas por los terroristas que ponen en riesgo nuestra estabilidad democrática. Sántrich y su lazarillo -Iván Márquez-, son peligrosos narcotraficantes -como en su momento fueron Escobar y Gacha-, con miles de hombres armados bajo su mando y, en consecuencia, con una gran capacidad para hacer daño.
Llama la atención que una persona como la columnista en cuestión, que tanto se ha quejado de la polarización y de la fractura social que se registra en nuestro país, aliente la crispación y el odio, aseverando que el presidente Uribe está incitando una guerra contra Venezuela, opción que él jamás ha contemplado
Publicado: septiembre 11 de 2019
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