Ha trascendido que el muy cuestionado presidente de la comisión de acusaciones, John Jairo Cárdenas Morán, conocido de autos por su nauseabunda cercanía personal y política con el capturado fiscal de la JEP, Carlos Bermeo, es un farsante que engañó a sus electores y a distintas entidades, al presentarse como “sociólogo”, egresado de las universidades del Valle y de Buenos Aires, en Argentina.
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En declaraciones a Caracol Radio, Cárdenas Morán aseveró con toda desfachatez que obtuvo su título profesional en 1983: “yo terminé en la universidad de Buenos Aires. Yo tuve unos problemas que me obligaron a salir de Colombia para el Perú. Yo salí con mi familia, y entonces estuve allá. Fue un proceso un poco accidentado para todo el proceso de mi grado…”.
Pero en su hoja de vida de la función pública, Cárdenas declaró ser “autodidacta”, mientras que en el portal de “Congreso Visible” de la Universidad de Los Andes, presentó su nivel educativo como “universitaria completa” y a renglón seguido aseveró ser sociólogo.
Al ser descubierta su tramoya, el propio Cárdenas Morán reconoció al periodista Barrientos (de Caracol) que le molesta que le pregunten por su formación académica, razón por la que realmente él es un “autodidacta, que hizo hasta segundo de primaria”.
Para ser congresista no se requiere tener título profesional -aunque así debería ser-. Pero sí es un requisito moral ser sincero y transparente, características de las que evidentemente carece el señor Cárdenas Moran, un sujeto oscuro que no merece estar en la comisión de acusaciones.
Resulta inaudito que el reglamento del Congreso permita que un sujeto que no es abogado, pueda hacer parte de esa célula.
Cárdenas Morán, de inocultable cercanía con Juan Manuel Santos y de reconocida devoción santista, no es prenda de garantía para adelantar una investigación objetiva en contra del expresidente sindicado de recibir miles de millones de pesos de la firma Odebrecht.
Es evidente que John Jairo, que es un autodidacta, pero sobre todo un cínico y un tramposo redomado, no va a renunciar ni a la comisión ni a su condición de investigador de Juan Manuel Santos, pues su misión consiste en enredar ese proceso y lograr que la impunidad se imponga.
Lo cierto, es que este episodio no deja de ser vergonzoso y se constituye en un argumento más para descalificar al Congreso. No todos los parlamentarios son como John Jairo Cárdenas. Allí hay personas decentes, honestas, trabajadoras que, al menos, lograron terminar una carrera profesional o técnica. Y esos congresistas, deberían ser quienes ocupen los puestos en lugares fundamentales, como es la comisión de acusaciones que, gracias a sujetos como John Jairo Cárdenas, se ha convertido en una “comisión de autodidactas”, sin el menor conocimiento ni criterio técnico para llevar a cabo una investigación seria y rigurosa.
Publicado: septiembre 5 de 2019
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