La falta de justicia que se convirtió en una tentadora invitación para que continuaran delinquiendo, es la responsable de que un amplio sector de las Farc se eternice en la ilegalidad. Criminales como “Iván Márquez” y “Jesús Santrich”, amenazan al pueblo colombiano, a pesar de que, en su momento, ellos fueron los principales negociadores del acuerdo que el gobierno Santos les obsequió.
Para los colombianos, aquel pacto fue excesivamente generoso, razón por la que las mayorías votaron en contra del mismo, durante el plebiscito que se celebró hace cerca de 3 años.
Los hechos nos han demostrado que los delincuentes de las Farc, son insaciables cuando de demandar impunidad se trata.
Las imágenes que vimos la semana pasada, a través de dos sendos videos, uno de “Márquez” y el otro de “Santrich”, profiriendo toda suerte de amenazas contra la sociedad colombiana, son inauditos, razón por la que nos corresponde expresar, sin titubeos, todo el respaldo al gobierno del presidente Iván Duque y a nuestras Fuerzas Militares, a las que les corresponde poner en marcha, cuanto antes, un plan de acción tendiente a contener esta nueva amenaza terrorista.
Así mismo, los miembros de las Farc que continúan haciendo política, deben asumir la responsabilidad de lo que está sucediendo. El Estado suscribió el acuerdo con un grupo y ellos tienen el deber de honrar su parte del compromiso. Si no lo hacen, se entiende que una de las partes ha expresado su voluntad de no cumplir, razón por la que lo firmado, quedaría sin valor ninguno.
Lo cierto es que ese acuerdo es a todas luces espurio. No podemos olvidar que la voluntad popular fue contundente, cuando se impuso el NO en la jornada plebiscitaria de octubre de 2016.
Hizo bien el presidente Duque, al contestar con contundencia las amenazas planteadas por los facinerosos “Márquez” y “Santrich”, sujetos que se sienten con el derecho de seguir amedrentando a la sociedad colombiana, con total impunidad.
Es imposible creer lo que el otro sector de las Farc ha expresado, manifestando una indignación a todas luces postiza. Las Farc pusieron a esos dos terroristas a ocupar dos de las curules gratuitas que les dio Juan Manuel Santos. De hecho, la cabeza de la lista para el senado por el así llamado “partido” de las Farc, era, precisamente, el narcotraficante “Iván Márquez”.
Entonces, no se trata de hechos aislados, ni la decisión personalísima de dos sujetos. Tampoco es un escenario de “dos ruedas sueltas”. Estamos de cara a un extravagante desafío planteado por las Farc, organización que está en la obligación de definir realmente cuál es el futuro inmediato.
Esta situación debe servir como oportunidad para emprender los cambios que requiere el acuerdo Santos-Timochenko. No es justo con nuestra sociedad que, a pesar de las exageradas gabelas que se les dio a los miembros de las Farc, estos anuncien que continuarán en el terrorismo y que quienes hagan ese anuncio, sean las personas que ocuparon el primer lugar durante las negociaciones de La Habana: “Iván Márquez” era el jefe de la delegación negociadora de las Farc y fue quien se encargó de ejercer la presión para que el gobierno de Santos le otorgara exagerados beneficios a la organización terrorista que él representa, y de la que ahora ejerce como cabecilla de su brazo armado.
Desde el Centro Democrático, siempre hemos advertido que los malos acuerdos, aquellos que tienen a la impunidad en el primer renglón, son generadores de nuevas violencias. Pero también hemos advertido que no es aceptable que se haya dejado abierta la puerta para lo que hoy estamos confirmando: un modelo de combinación de todas las formas de lucha.
Una parte de las Farc, posando como partido político, gozando de gabelas y recibiendo ríos de dinero para su financiación, y paralelamente, otro sector, controlando el tráfico de drogas y sosteniendo peligrosas estructuras armadas, con las que se amenaza al pueblo colombiano.
No podemos cruzarnos de brazos. El acuerdo con las Farc ha quedado en entredicho por cuenta de la ruptura unilateral de las Farc, razón por la que es momento de entrar a revisar todo lo que Santos suscribió con esa banda criminal, para efectos de introducir los cambios que se necesitan para garantizar una paz estable y duradera, siempre pensando en la sociedad, en las víctimas y no en los victimarios.
Publicado: septiembre 2 de 2019
5
4.5
1