Gustavo Petro, un sujeto que se forjó en la criminalidad, que invirtió los mejores años de su vida especializándose en la comisión de delitos y que mientras sus contemporáneos se cultivaban académica y culturalmente, prefirió perfeccionar técnicas de extorsión, asesinato, violación, incendio y demás crímenes en los que la banda terrorista M-19 era experta, se ha consolidado como un irresponsable dirigente que hace politiquería de la más ruin, explotando -con propósitos inadmisibles- la muerte de personas de otros países, presentándolas como si aquellas hubieran fallecido violentamente, en nuestro país.
Petro es un mentiroso redomado, un apologista del crimen, un sujeto ruin que, a pesar de seguir cometiendo delitos, evade la acción de la justicia con total desfachatez. Ha pasado cerca de un año desde que el país conoció el video en el que ese sujeto aparece recibiendo gruesos fajos de dinero en efectivo, sin que la corte suprema, a pesar de la solidez de la prueba, haya ordenado su captura.
La acción más reciente de Petro, consistió en presentar los cadáveres de unas personas asesinadas en Brasil, como si hubieran sido víctimas de los bombardeos ordenados por el gobierno del presidente Duque contra los miembros de la banda terrorista Farc que delinquen en el departamento del Caquetá.
Es evidente que a Petro le angustia sobremanera la acción de la Fuerza Pública contra las Farc. Esa preocupación quedó plasmada en el trino con el que el excabecilla de la banda terrorista M-19, se inventó -con fines politiqueros- unos muertos que solo existieron en su calenturienta imaginación.
“Entre las nueve personas muertas en el bombardeo de Duque en el Caquetá no solo hay cuatro mujeres, no solo todos los cuerpos están vestidos de civil, de short y pantalonetas de baño, sino que una de las mujeres estaba en avanzado estado de embarazo. Son diez los asesinados”.
La publicación de ese trino, como era natural, exacerbó los ánimos de los irreflexivos seguidores de Petro, personas camorreras y no pocas veces agresivas, que dieron rienda suelta a todo tipo de expresiones y manifestaciones propias de los apologistas de la lucha de clases y la fractura de la sociedad.
Petro fue inmediatamente desmentido. Las imágenes difundidas por él, corresponden a una masacre que tuvo lugar hace pocos días en una población del Brasil y, como es natural, no tienen relación ninguna con la legítima acción emprendida por las Fuerzas Militares de Colombia, contra la banda terrorista Farc.
El ministro de Defensa, Guillermo Botero, reaccionó a la publicación falsa del político de extrema izquierda, Gustavo Petro, al decir que “rechazamos de manera contundente las imágenes que provienen de hechos ocurridos en otro país, para desprestigiar las acciones de la #FuerzaPública contra disidencias narcotraficantes del GAO residual. Apoyo total a nuestras fuerzas”.
No puede esperarse nada menos de un sujeto de la sucia calaña de Gustavo Petro. Esa es su catadura. Se trata de un individuo que afinca su discurso en la promoción del odio, en la estimulación del caos y, por supuesto, en el encubrimiento de los criminales. En el fondo, con su falso trino, buscaba desprestigiar a las gloriosas Fuerzas Militares de Colombia por la ardentía con la que han empezado a combatir al brazo armado de las Farc, comandado por los narcotraficantes Jesús Sántrich y su lazarillo Iván Márquez.
Publicado: septiembre 2 de 2019
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