La visita de Ivanka Trump a Colombia significó más que una rutinaria actividad diplomática de una de las más importantes cabezas del Gobierno americano. Representó la consolidación de una agenda articulada entre los dos países para hacer del emprendimiento femenino un fenómeno que pasa de los discursos a la realidad.
En Colombia, por ejemplo, el liderazgo de la Vicepresidente Martha Lucía Ramírez ha sido clave para adelantar un conjunto de políticas públicas que buscan fomentar el empoderamiento femenino en una sociedad que históricamente ha estado impregnada de un consolidado machismo en la mayoría de las culturas del País.
Por su parte, en Estados Unidos la Casa Blanca de Donald Trump, a quien quisieron encasillar en el prototipo ultramachista durante la campaña presidencial, ha sido fundamental, bajo el liderazgo de Ivanka, para ejecutar diversos programas de inversión social tanto a nivel local como internacional de emprendimientos femeninos.
Uno de estos, el WGDP, fue el que se anunció para Colombia esta semana por parte de Ivanka Trump en Bogotá, el cual pretende empoderar a más de 50 millones de mujeres a lo largo del mundo y que marcará una distinguida pauta en la historia de la transformación social y económica de las mujeres en la sociedad.
Como lo he repetido en múltiples ocasiones, el empoderamiento femenino y la transformación del rol de la mujer no se logra destilando odio a través de discursos sexistas que pretenden fragmentar la sociedad entre machistas y feministas radicales, ambos bandos igual de intolerantes y sectarios.
Por el contrario, este objetivo se materializa adoptando medidas como por ejemplo, en el sector público, la nominación de un gabinete paritario y la apertura de espacios de participación política para nuevos liderazgos femeninos.
De igual manera, en el sector privado, hay que generar los mecanismos institucionales para incentivar no solamente el posicionamiento femenino en los cargos de liderazgo de las compañías, sino, además, facilitando las condiciones para que proyectos productivos y empresariales llevados a cabo por mujeres tengan todo el apoyo y los incentivos para hacerlos realidad.
Sin lugar a dudas, el notable ejemplo que generan actores como Martha Lucía Ramírez o Ivanka Trump será determinante para esclarecer el rumbo de las nuevas generaciones de compatriotas que ven en estas mujeres un modelo a seguir.
El Gobierno Duque ha tenido aciertos y errores, pero indiscutiblemente el posicionamiento que le ha dado a la mujer como un actor fundamental para la toma de decisiones en los grandes temas del Estado será un legado que marcará una pauta para las siguientes administraciones, quienes deberán gobernar no con un espejo retrovisor, sino con una vara muy alta que no pueden dejar caer por el bien de una Colombia más tolerante y equitativa.
Publicado: septiembre 6 de 2019
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