Para nadie es un secreto que el grueso de los integrantes de la banda terrorista Farc, han continuado adelantando acciones al margen de la ley. Los ejemplos más rutilantes son los de Iván Márquez, El Paisa y Jesús Sántrich, los tres capos más poderosos de esa organización criminal a la que Juan Manuel Santos le entregó un cheque en blanco de impunidad.
Pero no son pocas las denuncias respecto de los abusos y desmanes que cometen antiguos cabecillas de las Farc en las zonas donde ejercieron violencia armada durante décadas.
Está el ejemplo de alias Rubén Zamora, quien fungió como cabecilla del frente 33 que delinquía en Norte de Santander.
Durante décadas, Zamora controló la producción y tráfico de estupefacientes en la región del Catatumbo. Para las agencias antinarcóticos de los Estados Unidos, él es uno de los capos más importantes de las Farc. En el año 2007, fue incluido por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en la denominada Lista SDN –Specially Designated Nationals- la cual se concentra en personas, entidades y organizaciones dedicadas al tráfico de drogas.
Como el grueso de los cabecillas de las Farc, Zamora está pedido en extradición por una corte de la ciudad de Nueva York.
Luego de la supuesta desmovilización y entrega de armas por parte de la banda terrorista Farc, Zamora continuó viviendo en Norte de Santander. De cara a las elecciones del mes de octubre, ese delincuente presentó su nombre como candidato a la asamblea de ese departamento.
En las últimas horas, surgió una noticia extremadamente sospechosa. El narcotraficante Zamora denunció haber sido interceptado por hombres armados -con uniformes e insignias del frente 33 que él comandó hasta hace poco- en una carretera a las afueras del municipio de Convención. Dice el terrorista que su camioneta fue incinerada y que a sus escoltas les fueron robadas las armas de dotación.
Este es un buen caso para que unos investigadores acuciosos indaguen realmente qué sucedió. No tiene mucho sentido la versión dada por el narcotraficante de las Farc. ¿El único interés de las personas que detuvieron su vehículo era el de quemarlo?
De acuerdo con un alto oficial de la policía, existen indicios de que alias Rubén Zamora ha continuado controlando, tras bambalinas, el narcotráfico en Norte de Santander, razón por la que no se descarta que la situación que se presentó haya sido un ajuste de cuentas o advertencia en el lenguaje propio de las organizaciones mafiosas.
La región del Catatumbo es una de las más afectadas por el crecimiento exponencial de cultivos ilícitos y la producción de base de coca, elemento esencial para la fabricación del clorhidrato de cocaína.
Alias Rubén Zamora, un criminal nato que ahora pretende mimetizarse al posar de activista político de las Farc, deberá aclarar realmente qué sucedió en Convención y las autoridades adelantar la respectiva investigación para efectos de confirmar si es cierto que ese delincuente, igual que Jesús Sántrich, continuó al frente del tráfico de drogas en Norte de Santander.
Publicado: agosto 27 de 2019
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