Desde que se conoció el resultado de la encuesta que favorecía a Ángela Garzón como candidata del Centro Democrático a la alcaldía mayor de Bogotá, el desconcierto se apoderó de las bases uribistas en la capital del país.
La señora Garzón se impuso gracias a una artimaña en el procedimiento de las encuestas, pues el sondeo que se realizó con los militantes del Centro Democrático, arrojó que la inmensa mayoría simpatizaba con Samuel Hoyos. De hecho, en esa muestra estadística, la Garzón quedó en el último lugar, a más de 10 puntos de Hoyos.
Los resultados fueron los siguientes:
- Samuel Hoyos: 39.4%
- Diego Molano: 31.4%
- Ángela Garzón: 29.2%
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El problema con Garzón es de fondo. Ella no es uribista. No tiene conexión alguna con el cuerpo de doctrina del Centro Democrático. Ella, mujer de izquierda, se ha paseado por todos los partidos políticos sin sonrojarse. Estuvo en La U. Luego, se pasó al partido Liberal y finalmente aterrizó en el Centro Democrático, con el propósito de ser incluida en la lista al concejo de Bogotá, de cara a las elecciones de 2015.
Lo cierto es que la campaña a la Alcaldía de Ángela Garzón nunca despegó. Ella no tiene las condiciones para afrontar una candidatura de semejante magnitud. Su único apoyo político era el del cuestionado representante a la Cámara, Edward David Rodríguez -estrechamente vinculado con el cartel de la toga-y su estrategia de campaña fue trazada por el promotor de espectáculos, sin mayor relevancia ni talento, Giovanny Monroy, conocido con el alias de Yoko.
El retiro del aval de Ángela Garzón pone en evidencia lo que se ha criticado desde este portal: la falta de rigor y de criterios sólidos en el Centro Democrático a la hora de seleccionar a sus candidatos. No es serio que una colectividad que ostenta la dignidad de ser partido de gobierno, que tiene el mayor número de senadores, tome decisiones respecto de las candidaturas, con base en procedimientos que no tienen en cuenta factores clave de la política como son la solidez doctrinaria de los aspirantes, el respaldo real de los mismos por parte de los militantes, su “elegibilidad” y, sobre todo, su capacidad de crecimiento.
Resulta incomprensible que el Centro Democrático, en el comunicado en el que anunció el fin de la candidatura de Ángela Garzón, respalde su decisión en el resultado de unas “consultas a un número significativo de militantes”. No es coherente que para retirarle el aval a Ángela Garzón, se hayan soportado en los militantes, pero la voluntad de éstos no hubiera sido respetada cuando mayoritariamente expresaron que el candidato debía ser el doctor Samuel Hoyos.
Flaco servicio hacen las directivas del CD al partido, utilizando de esa forma tan deleznable a sus militantes. Los electores no son seres manipulables. La voluntad del uribismo bogotano, que deseaba ver a Hoyos como su candidato, fue desoída y aquello, cuando menos, merece unas sinceras excusas por parte de quienes fungen como directivos a nivel nacional y distrital del partido fundado por el señor expresidente Uribe.
Además de su falta de condiciones para hacer que su candidatura tomara forma, a Ángela Garzón la acompaña una gran dificultad: su papel en la financiación con dinero de Odebrecht de la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos, en 2014. LOS IRREVERENTESrevelaron que la señora Garzón, en su momento, fue designada por el entonces director del partido Liberal, Simón Gaviria, como gerente de la campaña de esa colectividad. Su compañero fue el cuestionado Esteban Moreno.
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Se ha podido determinar que buena parte de la plata de Odebrecht destinada para la reelección de Juan Manuel Santos, se infiltró a través de la campaña liberal en la que Ángela Garzón era, junto a Esteban Moreno, gerente y, en consecuencia, responsable de los dineros que ingresaron a la misma.
No es muy claro que el retiro tardío de Ángela Garzón y el anuncio del apoyo del uribismo a Miguel Uribe Turbay vaya a tener un efecto real en la carrera por la alcaldía de Bogotá. La ventaja que tiene Claudia Nayibe López es ostensible, pero en política no hay nada escrito y en estos tres meses que faltan para las elecciones, es posible que se logre evitar la victoria de esa candidata.
Publicado: julio 22 de 2019
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