La leyenda del origen del ajedrez trae consigo una lección de humildad. El Rey Shirman, le pidió al sabio Sisa que inventara un juego digno de su reinado. En el primer juego este le demostró que solo se podía derrotar al Rey enemigo con el apoyo de todo el ejército y que el Rey era la pieza más vulnerable. El éxito en los proyectos: el trabajo en equipo. Pero también una lección de prudencia y sagacidad. Al preguntarle por su recompensa como pago, despreciando diamante y oro, le pidió trigo bajo una formula exponencial por cada casilla. En esa sumatoria cae en la cuenta el Rey que era insuficiente el trigo que su país producía para cumplir con la deuda contraída con el sabio, segunda lección: prudencia.
Sobre el ajedrez escolar se ha escrito que los muchachos que reciben clases o practican este deporte mejoran su inteligencia y su capacidad lectora. Les ayuda a pensar, se eleva su coeficiente intelectual y sus resultados académicos son superiores que aquellos que no lo practican. Las matemáticas, por ejemplo, es donde mejor se ve su rendimiento.
Una partida de ajedrez para estos escolares es un espacio para la reflexión y el autocontrol. Desde hace casi 10 años el Parlamento Europeo impulsó el programa Ajedrez en la Escuela, describiendo la metodología y la financiación de este juego que estimula toda actividad del conocimiento y las emociones incluyendo la empatía.
Hay varias justificaciones para este programa: propósitos de desarrollo intelectuales (orientación y atención), impulsa la creatividad y la imaginacion.Obejtivos en la formación de personalidad: aumenta el control emocional y la impulsividad. Le permite al escolar planificar anticipadamente y evaluar los resultados de una decisión ajedrez como herramienta educativa, Reemplaza el tiempo de ocio por una actividad integral y de alto valor académico.
Uno de los estudios más interesantes fue con el Grupo de Harlem en donde los escolares que practicaban ajedrez tenían un incremento superior del 14% en las habilidades con matemáticas que el grupo que no lo practicaba. Muchos países tienen como parte de ese pénsum académico el ajedrez escolar. En Colombia, con un currículo cerrado hay 80% de áreas fundamentales y 20% de optativas. En estos espacios es donde los colegios pueden impulsar el ajedrez escolar, tanto como actividad académica como deporte.
Vi en Bruselas, en el pasado Congreso Europeo de Neurocirugía, algo para copiar. Al lado del Square Brusells Convention Centre existe una alameda hermosa. En su recorrido y al lado del sendero peatonal hay una hilera de mesas de cemento con tableros de ajedrez. El transeúnte aficionado pasa y se sienta; no conoce o no sabe quién será su contrincante. Un espontáneo llega, sin ninguna distinción y el único vinculo que existe es la mesa de ajedrez. Se sienta, organizan la partida y pasan el rato con este pasatiempo, excepcionalmente útil, para el cerebro y sus relaciones sociales.
Ese talento propio del Caribe solo necesita un destello para que el cerebro de nuestros niños imagine. Su mente es un tablero en blanco. Hay que llenar ese rectángulo y facilitar para que escriban los mejores cuentos, inolvidables vallenatos y bailadores porros. Currículum abiertos en nuestra región donde se pueda soñar, planificar los grandes proyectos y consolidar en grandes jugadas, soluciones para la integración regional. La cultura y los juegos educativos como piedra angular del desarrollo, facilitadores de la creatividad.
Estas habilidades hay que impulsarlas desde la primera infancia; fase inicial del desarrollo cognitivo de nuestros niños. Luego mantener estos estímulos mediante actividades lúdicas en la infancia intermedia y así el cerebro de nuestros infantes crece integralmente. Apoyo con entusiasmo y me uno a los propósitos del Primer Torneo de Ajedrez del Caribe (septiembre y octubre 2019) que organiza la Fundación a la Rueda Rueda. Excelente oportunidad y escenario de aprendizaje para que los niños y adolescentes entre los 6 a los 17 años de edad, participen y reten sus habilidades. Es simplemente, construir futuro.
Ese es el ajedrez: la chispa que dispara el conocimiento.
Publicado: julio 26 de 2019