El columnista del Espectador Felipe Zuleta comentó que los colombianos hemos perdido nuestra capacidad de asombro como consecuencia de la locura de país que estamos viviendo.
No solamente hemos perdido la capacidad de asombro, Felipe, sino la de dolor. De sentir el dolor que producen las noticias en la gran prensa colombiana sumida en una profunda crisis de ética periodística. De paso, un saludo cordial a Jota Mario Valencia en su descanso eterno.
Las “altas” Cortes no contentas con el golpe judicial al Estado dos semanas atrás con motivo de la novela de Santrich, lejos de terminarse, produjeron dos noticias de esas que…
En efecto, la Corte Constitucional tumbó la norma del Código de Policía que prohibía el consumo en espacio público. Decreto sobre porte de dosis mínima queda en el limbo, se lee en la gran prensa.
Acto seguido, en la plenaria del Concejo de Bogotá, el concejal Ramírez pregunta: ¿bajo el influjo de cuáles sustancias las “altas” Cortes están tomando sus decisiones atroces en contra del humilde pueblo colombiano?
Con la decisión en contra del Código de Policía, la Corte Constitucional colocó a los parques y el espacio público de las ciudades en Colombia bajo el imperio de los marihuaneros, jíbaros, consumidores.
Por ejemplo: en el monumento a nuestros Héroes de la patria en la Caracas con 77 en pleno Bogotá, todos los miércoles, desde el comienzo de este año, se reúne un grupo de jóvenes que van en bicicleta al estilo Rappi, solamente nos falta que Rappi distribuya marihuana en sus bicicletas, consumen marihuana crepi, toda clase de sustancias desde las 5:00 pm hasta bien entradas las 9:00 pm, de tal forma que su olor se expande hasta la estación de los Héroes de Transmilenio. Creería yo, que no solamente hay consumo de marihuana, sino tráfico de estupefacientes.
Según el último fallo de la Corte Constitucional, si al Ministro de Defensa doctor Botero, junto con las autoridades de policía le diera por hacer una redada para atrapar a estos delincuentes, no se podría porque se atenta en contra del libre de desarrollo de la personalidad.
Mientras tanto, miles de familias sufren por el dolor del consumo de sus hijos. En vez de fomentar el libre desarrollo de la personalidad: ¿por qué las “altas” Cortes no promueven una política de salud pública con el fin de prevenir su consumo?
Como bien lo comentó el doctor Álvaro Gómez Hurtado días antes de su vil asesinato al frente de la Universidad Sergio Arboleda: pareciera que la justicia colombiana actuara en favor de los delincuentes.
¿Por qué las “altas” cortes están fallando a favor de los delincuentes y no de los ciudadanos?
Pero, no contentos con sus fallos, incluido la libertad del señor Santrich, quien mientras tanto, en redes sociales envía un video: Junior, tu papá; los señores magistrados de otra Corte dejan libre e impune a un personaje por desconocer la edad de una niña víctima de una violación.
Al paso que vamos, el señor Rafael Uribe Noguera quedará libre e impune, como el señor Santrich, porque Yuliana Samboní era menor de edad. Quedarán libres e impunes los delitos atroces de violación y los abortos producidos a las niñas de las Farc.
Mientras tanto, los capuchos de la Universidad Pedagógica atentan contra la iglesia la Porciúncula de la calle 72, avenida Chile, por cuenta de los últimos disturbios presentados. Fuman marihuana al interior de su universidad convertida en un parque de marihuaneros y jíbaros por aquello del libre desarrollo de la personalidad.
Y, ¿los niños qué? pregunta el concejal Ramírez.
Mientras tanto, me pregunto: ¿será verdad que un emisario del Centro Democrático se reunió con Iván Márquez en La Habana durante la primera vuelta de la anterior campaña presidencial?
¿La JEP se quedó en contra de la voluntad de los colombianos que votamos NO al proceso de paz con las Farc?
Mientras tanto, la Fundación Universitaria San Martín no le cancela a sus docentes las liquidaciones laborales previas a su intervención.
Mientras tanto, el doctor Echavarría del Banco de la República sostiene que la economía se estancó. ¿Por qué el Banco de la República, bajo el mejor ministro de Hacienda, Cárdenas, no dijo nada? Así, tampoco es, señor Echavarría.
¿Cuánto costó su silencio, doctor Prieto?
No, señores magistrados, jueces y fiscales de la República, así no es.
O los colombianos nos levantamos en contra de los fallos que están emitiendo las “altas” Cortes en sus diferentes formas de lucha, o caeremos en lo que Ingo Müller llamó, Los juristas del horror.
¿Qué nos pasaría si el presidente Duque no acata los fallos de la Corte?
Puntilla: Si Miguel Turbay se coloca del lado de los bogotanos de a pie…
Publicado: junio 11 de 2019