La valiente decisión de la mayoría de senadores de la República -64- de autorizar el ascenso del vilipendiado y calumniado general comandante del Ejército, Nicacio Martínez, envía un mensaje en el sentido correcto.
El general Martínez, un oficial con impecable hoja de vida y una trayectoria colmada de honores, fue objeto de una celada orquestada por la extrema izquierda, que instrumentalizó de manera inaceptable a medios de comunicación extranjeros.
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Cada día, toma más fuerza la hipótesis de que la campaña de desprestigio contra el general Martínez -y de paso contra el gobierno del presidente Iván Duque- fue urdida por el excomandante de las Fuerzas Militares, el cuestionado general santista, Alberto José Mejía, un sujeto muy cuestionable y repudiado en el ejército por la politización que puso en marcha durante su nefasto paso por la comandancia de las FF.MM.
Lo cierto es que las Farc y otros sectores de la extrema izquierda tenían el propósito de acabar con la carrera del general Martínez. Su objetivo mezquino era el de exhibir su cabeza con el fin de presionar al gobierno para que pusiera al frente del Ejército Nacional a un general del corte de Mejía, comprometido con la rendición e incapaz de cumplir la orden de retornar la seguridad y la tranquilidad perdidas durante el gobierno de Juan Manuel Santos.
El merecido ascenso que fue autorizado por el Senado de la República, es un merecida victoria del general Nicacio Martínez. Ha ganado el oficial, pero sobre todo, ha ganado el país que tendrá el orgullo de contar con un general de 4 soles al frente de su Ejército Nacional.
Resultaba profundamente indignante que quienes se oponían al ascenso fueran exterroristas como es el caso de alias Sandra, jefe de las Farc convertida en Senadora por cuenta de Juan Manuel Santos. Esa peligrosa mujer, escribió en su cuenta de Twitter que “invitamos a todos los senadores y senadoras a votar no al ascenso del general Nicacio Martínez por su presunta participación en los falsos positivos y ser autor de la orden que traería de nuevo esta nefasta política”.
Es perfectamente inaceptable que una persona como alias Sandra, que no ha respondido por los delitos de lesa humanidad que cometió, ni le ha puesto la cara a sus víctimas, tenga la desfachatez de cuestionar a un oficial de las altísimas calidades del general Martínez, un valiente que enfrentó a las Farc con ardentía y dignidad.
Para los terroristas de las Farc, era necesario que el felón general Mejía, un canalla indigno, continuara en las filas del Ejército. Mejía, que fue un perseguidor de las Fuerzas Militares, se entregó como un cobarde a los intereses de las Farc. No por convicción, sino por corrupción. Él, más que nadie, tendrá que responder en algún momento por actos oscuros que no han sido ventilados, pero más temprano que tarde serán de conocimiento nacional.
Aplausos para el general Nicacio Martínez y a los 64 senadores de distintos partidos que votaron a favor de su ascenso. El oficial llegó al punto más alto de la carrera que un día empezó con su matrícula como cadete de la escuela de formación, José María Córdova. El cuarto sol que en los próximos días será impuesto sobre sus hombros, es un reconocimiento a su valentía y un mensaje de que, en este caso, triunfó la verdad.
Publicado: junio 6 de 2019
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