Tiene la UNESCO un título especial, cuyo origen parte desde la convención del 2003, para resaltar costumbres y hábitos que dé – generación en generación-, se transmiten en pueblos y regiones. Muestran su cultura, identifican su idiosincrasia y su sentir. Las tradiciones orales, sus actos festivos y sus rituales. Esto es lo que se denomina Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) y de la cual hace parte un selecto grupo de prácticas de nuestra región. El Carnaval de Barranquilla y el Carnaval de Negros y Blanco están incluidos.
Tradición oral, baile, naturaleza y costumbre es lo que expresamos con nuestros porros y esta, la versión 43 del Festival Nacional del Porro en San Pelayo, recoge la inspiración transmitida y atesorada en los últimos 100 años en nuestra región. Nuestro mapa genético y nuestras cadenas afectivas al terruño las lleva el porro. Por eso, la secuencia de festivales deben llevarnos a un propósito regional: el Porro como Patrimonio Cultural Inmaterial.
Tiene un gran significado y especial trascendencia para las Sabanas del Caribe Colombiano que el Porro, nuestra alma musical, sea declarado PCI. Es darle a nuestra memoria viva la rúbrica internacional y mostrarlo ante el mundo como la expresión cultural de una región. Es la globalización de nuestra música. Es garantizar que su fuente primaria perdure y que el compromiso de su gente de abrir las oportunidades para que la inspiración silvestre tenga los escenarios apropiados para su desarrollo. Es el estímulo para el recurso y el florecimiento de nuestras escuelas de arte; fomentar así, el talento musical de la región. Es ahuyentar el oscurantismo con música y enriquecer su lenguaje con letras. Es el renacer de la cultura como parte integral de la sociedad del conocimiento de los pueblos.
Son ingresos frescos para nuestra región; el turismo cultural, el cual nutre muchas economías de las ciudades del mundo. Es ser protagonista y pasajero del bus de la economía naranja; abrir nuestras vitrinas artesanales y que los artistas virtuosos sientan que su inspiración y talento seducirán nuevos mercados para llevar emprendimiento y platica sana a sus veredas. Hay que tener desde ya ese turismo cultural formal, prioritario. Integrado, como parte esencial del desarrollo de nuestros proyectos regionales.
No podíamos escoger un mejor escenario para dar a conocer este propósito regional. Aquella aldea que describió el poeta loco, el de la fantasía demencial y caminar descalzo. El de las contradicciones y los excesos quien en un relámpago de lucidez hablo de “un pueblo lindo de cabelleras blancas”. Este Viernes 28 de Junio, en la Casa de la Cultura Raúl Gómez Jattin, Cereté le daremos el banderazo a este anhelo territorial.
Sueño el día en que María Varilla con polleras tricolor ingrese de la mano de Miguel Emiro Naranjo a la pista de la Unesco. Que su recinto se llene de genuina tradición musical y nuestros alegres lamentos permitan mostrarle al mundo este sentir heredado de nuestros abuelos y el compromiso solemne de sus descendientes de hacerlo perdurable.
Publicado: junio 21 de 2019