Bucaramanga vive hoy una anarquía institucional que muy probablemente terminará fatigando a la ciudadanía y todo porque las decisiones en torno a la situación administrativa que vive el alcalde titular Rodolfo Hernández Suarez, han carecido de tacto y diplomacia, puesto que el espíritu de la norma que contempla la presentación de una terna para reemplazar temporal o definitivamente a un alcalde por suspensión o por destitución, tiene como finalidad garantizar que los planes y programas institucionales, los planes prospectivos y las metas del plan de desarrollo se continúen y se cumplan.
En lontananza se observa que siendo dos las partes que componen la integración de la institucionalidad para reemplazar al alcalde suspendido; de una los miembros inscriptores del grupo significativo de ciudadanos y de otra el gobernador que escoge a uno de los ternados por el grupo de inscriptores, cada una de las partes terminó bifurcándose. Basta con ver el conflicto entre dos bandos al interior de la alcaldía para llegar a la conclusión que el grupo significativo de ciudadanos que inscribió al ingeniero Rodolfo Hernández Suárez dejó de existir y por esta razón aparece un vacío jurídico que debe ser suplido por alguna autoridad.
Por eso ante la ausencia de estructura organizacional, las personas que aspiren a un cargo de elección popular por medio de firmas; para lo cual deben inscribir ante la organización electoral un grupo significativos de ciudadanos, escogiendo previamente tres ciudadanos inscriptores de la mayor confianza y la más alta solidez moral y ética; tienen que pensar que esos tres ciudadanos se convierten en la guarda de la línea con la que se aspira a gobernar. Seguramente Gabriel Hernández Suarez, creador de la línea estratégico-política y hermano de Rodolfo, hubiese brindado esa garantía que hoy el Grupo Significativo de Ciudadanos Lógica, Ética y Estética, rebusca entre sus inscriptores. Si se rompe la unidad, la homogeneidad de ese grupo de inscriptores respecto de decisiones posteriores a la inscripción del candidato, el grupo significativo deja de existir.
Más allá de la situación que hoy se debate en los despachos de los jueces constitucionales, la crisis que afrontan los ciudadanos de Bucaramanga, merece la atención del Doctor Fernando Carrillo Flórez Procurador General de la Nación para frenar el “pico y placa” de alcalde en que metieron a la ciudad y definir quién va a gobernar al municipio por lo que resta del periodo, pues en la actualidad los ciudadanos preguntan cada día cuando se dirigen a la alcaldía, quien amaneció despachando como alcalde.
El Presidente de la República Doctor Iván Duque debe intervenir y convocar a las autoridades y al Consejo Superior de la Judicatura para que se cese el limbo y espectáculo judicial, político y administrativo en que metieron a la quinta ciudad del país, porque eso esta afectando la gobernabilidad, la tranquilidad y la economía. Y va a pasar una cuenta de cobro en las próximas elecciones, pues la tranquilidad institucional y los buenos gobiernos que tienen sus vecinos de Floridablanca y Girón que superaron esos episodios que forman parte del pasado, parecen reclamar solidaridad con la ciudad bonita. Salve usted la gobernabilidad de Bucaramanga Presidente.
Publicado: junio 29 de 2019