El martes 7 de mayo, se realizó en la Casa de Nariño salón Diana Turbay, otra víctima del régimen y del narcotráfico, un emotivo homenaje al cumplirse 100 años del nacimiento de Álvaro Gómez Hurtado.
En una sentida referencia, el señor Presidente Iván Duque realizó una semblanza de lo que fueron sus días como alumno de cultura colombiana de AGH en la Universidad Sergio Arboleda para llegar al nefasto 2 de noviembre, día de los difuntos, cuando fuera vilmente asesinado al frente de su universidad por una ráfaga de ametralladora, por el régimen.
Al escuchar al Presidente Duque, me acordé de lo que fueron sus últimos días: “no, sacamos nada con tumbar a Samper o hacer un golpe de Estado. No, sacamos nada porque simplemente si se va Samper llegará otro, y otro, y otro peor. Lo que tenemos que tumbar es al régimen”.
Se refería AGH al régimen, siendo el régimen todo aquello que está detrás del poder visible e invisible que lo sostiene en la penumbra.
Si nos referimos al período de Samper presidente, con minúscula, el proceso 8.000, y demás escándalos de corrupción surgidos para sostenerlo: remember Heyne Mogollón de la Cruz junto con su absolución en la Cámara Representantes con la hoy embajadora cristiana en Suiza, si mal no estoy; la famosa licitación de los canales privados de televisión cuando ya estaba listo para caerse.
A ese oscuro régimen, era el que se refería AGH. Ese régimen que está dispuesto a cualquier cosa con tal de mantener el estatus quo.
Como el oscuro régimen corrupto y amoral que mantuvo y sostuvo a Juan Manuel Santos en el poder a pesar de tener en contra a la población colombiana cuando el NO ganó el plebiscito por marcador de 1 a 0. JMS, lo desconoció junto con el apoyo de ese oscuro poder detrás del poder, del régimen.
Escuchando al presidente Duque pensé hacia mis adentros si a pesar de sus buenas intenciones no se encuentra prisionero del régimen.
Del régimen judicial, por ejemplo, quien no le permite presentar la reforma necesaria.
Del régimen legislativo, comenzando por Germán Vargas quien se convirtió en la mejor muestra de lo que AGH llamó los partidos políticos por compromiso y no de opinión.
Del sector privado, quien no quiere soltar un ápice de sus intereses.
Del proceso de paz con las Farc cuando se presentan las objeciones al Congreso y este en un acto de compromiso, más no de opinión, resuelve por cuenta del inefable Roy Barreras y el hoy senador sin visa americana Benedetti, poner el palo en la rueda.
En medio del sensible acto, para resaltar el gesto que tuvo Oti Patiño, antiguo miembro del M19. Al momento de preguntarle sobre el secuestro de AGH, Patiño voltio la mirada hacia la familia Gómez Hurtado. Mirándonos fijamente a los ojos con las manos en sus rodillas dijo: “Quiero aprovechar este acto público para ofrecer un perdón a la familia Gómez Hurtado. El secuestro del doctor Gómez Hurtado no debió suceder, lo lamento de todo corazón”.
Cuando Patiño ofreció su perdón sincero, público, como victimario a las víctimas, nosotros, sentí un alivio inmenso en mi corazón. Sentí, como si se me hubiera quitado un peso de encima.
Luego, pensé hacia mis adentros en qué hubiera sucedido si este acto generoso de Patiño de perdón a las verdaderas víctimas se hubiera replicado durante el proceso de paz con las Farc, donde los hoy senadores victimarios impunes de todos sus delitos no ofrecen un perdón, sincero, a sus víctimas como lo son las niñas violadas de la Corporación Rosa Blanca quienes buscan incansablemente que sean incluidas como víctimas del conflicto armado.
Mientras esta situación no cambie: el ofrecimiento de perdón, sincero, por parte de las Farc al pueblo colombiano víctima de su accionar violento, lo único que se va a generar es más violencia como la que se está viviendo en todo el país en estos momentos.
Mientras no cambiemos nuestra forma de gobernar: opinión Vs. compromiso, el país seguirá siendo sumergido por el oscuro régimen que tiene al país postrado como se encuentra.
Con un país lleno de coca y un oscuro régimen narcótico en la sombra muy poderoso.
Duque, prisionero del régimen que nos llevará a la tumba en las próximas elecciones de Bogotá y del 2022.
Puntilla: Magistrados sin visa americana, me parece un déjà vu. Igual, al elefante de monseñor Rubiano. También, se quedó sin visa; no renunció, así estamos.
Publicado: mayo 14 de 2019