Sé que muchos no comparten los asuntos concernientes a la política, otros los detestan y otros simplemente sienten apatía. Y quizá tengan razón, siempre he manifestado que cada persona es un mundo y por ende somos totalmente diferentes. Pero he logrado observar con gran emoción en varias personas, de diferentes regiones y sectores sociales como la coyuntura actual por la cual atraviesa el país y el mundo incluso, ha llevado a que ciudadanos que antes no votaban hoy voten o piensen en votar, y otros que tan solo votaban hoy participen activamente de los escenarios que nos permite la democracia. Este cambio se traduce, en mi modesta opinión, en que el ciudadano de a pie está despertando y es consciente de lo importante que resulta para el presente y futuro de la Nación su participación en los debates políticos.
Ahora, lo que debemos hacer como sociedad -y en eso tienen una enorme responsabilidad los Partidos políticos y medios de comunicación- es impulsar y luego sí fortalecer esa conciencia política, hasta que lleguemos a un estado en donde tal pensamiento se halle inmerso en la mente de chicos y grandes. Claro, es un proceso de años, etapas por las cuales debe atravesar el país, tópicos que deben ser llevados a amplios debates y acuerdos a los que debemos llegar como sociedad.
Por otro lado, vemos también como la juventud hoy día se ha ido abriendo hacia ciertos escenarios que le permiten expresarse y dar su punto de vista, participar y proponer, más no destruir. El joven debe ser un agente activo, un agente de cambio y motor de desarrollo para su familia, para su barrio, para su comuna, para su municipio o vereda, en fin, para la Nación misma. Aquí por ejemplo hay que resaltar y aplaudir el esfuerzo que realizan entidades públicas, Fundaciones y Ong en el marco de fortalecer procesos juveniles, de empoderar a este sector de la población para que asuman roles destacados y lograr así generar verdaderos cambios.
Estimado lector, tenga la visión de país que tenga, es respetable, lo importante es ser coherente con lo que se piensa, se dice y se hace, y claro, siempre actuar en el marco del respeto y empleando las herramientas dadas por la democracia y la Constitución. Participemos del debate, asistamos a reuniones, hagamos las críticas que sean necesarias, pero tengamos presente que somos ciudadanos del mundo, y los aciertos o desaciertos de nuestros gobernantes nos benefician o afectan por igual. No nos agredamos, no seamos óbice para nadie, por el contrario, impulsemos los nuevos liderazgos. Colombia requiere pasar la página, y debemos empezar por nosotros mismos.
Publicado: mayo 9 de 2019