En un verdadero novelón se convirtió el debate de las objeciones presentadas por el presidente Iván Duque a la ley estatutaria de la JEP, objeciones que buscan enmendar las monstruosidades que contiene la norma que fue aprobada de forma ilegítima durante el gobierno de Juan Manuel Santos.
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Luego de una larga deliberación, el bloque afín a las Farc logró torpedear la posibilidad de un entendimiento político que propendía por un mejoramiento del acuerdo, pero sobre todo, blindar a la importante y necesaria figura de la extradición.
Como está redactada la norma objetada por el señor Presidente de la República, los narcotraficantes tendrán en la JEP un burladero para salvarse de ser extraditados a otros países.
Frente a las objeciones, se presentaron dos ponencias. Una, la minoritaria, pretendía que éstas fueran rechazadas de plano. La segunda ponencia, defendía la votación de las objeciones de manera individual, para efectos de que los senadores, de manera consciente, pudieran decidir cuáles de ellas eran acogidas y cuáles no.
En el debate, Roy Leonardo Barreras fungió como vocero y escudero de las garantías de impunidad de la banda terrorista Farc. No fueron pocas las mentiras dichas por el cuestionado senador involucrado en múltiples escándalos de corrupción que desafortunadamente no han sido investigados a profundidad.
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Barreras desempolvó el discurso canalla de enemigos y amigos de la paz. Falso de toda falsedad. Blindar la extradición no atenta contra la paz. Propender por que las Farc reparen a sus víctimas con su inconmensurable fortuna, no atenta contra la paz; insistir en que absolutamente todos los responsables de crímenes de lesa humanidad sean investigados, no atenta contra la paz. En fin, no hay una sola objeción del presidente Duque que ponga en suspenso el acuerdo -ilegítimo por demás- que en su momento firmaron Santos y el narcotraficante, alias Timochenko.
Lo cierto es que los 6 artículos que fueron objetados están perfectamente hundidos debido a que ninguna de las dos ponencias presentadas logró los votos necesarios para ser aprobadas.
El bloque proFarc del Senado mentirosamente insiste en que con los votos que obtuvo la ponencia que pretendía hundir las objeciones, ésta fue aprobada, cuando lo cierto y confirmado por la mesa directiva del Senado es que a dicha iniciativa le hizo falta un voto para ser aprobada.
Y en democracia se gana o se pierde, así sea por un solo voto, cosa que le ocurrió a los aliados del terrorismo en la cámara alta del Congreso de la República.
Ahora, la última palabra la tiene la corte constitucional, tribunal al que le será remitido el expediente en el que consta que el Senado no logró ponerse de acuerdo y que ninguna de las dos ponencias presentadas tuvo los votos mínimos necesarios para ser aprobada.
Lo cierto es que el uribismo hizo hasta lo imposible por lograr un entendimiento político, el cual fue rechazado violenta y agresivamente por el bloque ProFarc del Senado, grupo de parlamentarios de izquierda al que única y exclusivamente le interesa garantizar que los terroristas y los extraditables de Colombia gocen de la más amplia e inadmisible impunidad.
Publicado: mayo 3 de 2019
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