Colombia tiene el deber de estar preparada para la coyuntura que se está generando por cuenta de la inmigración masiva de venezolanos que huyen de la tragedia que se vive en el vecino país, como consecuencia de los abusos de la dictadura mafiosa de Nicolás Maduro.
El canciller, Carlos Holmes Trujillo ha hecho un llamado para que la comunidad internacional le brinde a Colombia el apoyo debido, pues en los últimos 6 meses han cruzado la frontera más de 350 mil venezolanos.
Según el ministro Trujillo, a la fecha hay “1.296.522 venezolanos en el país, siendo la segunda migración más grande del mundo después de los sirios en Turquía, pero la más rápida del mundo al llegar a números tan altos en tan poco tiempo”.
Ningún país del mundo tiene la capacidad económica de recibir a un número tan elevado de migrantes tan rápidamente. En octubre del año pasado, en nuestro país había poco más de 930 mil venezolanos, cifra que se disparó a 1.3 millones, con el impacto que ello genera.
Es evidente que Colombia tiene que estar a la altura del desafío que se le ha planteado, sin evadir el deber moral de recibir con generosidad a todas aquellas personas que buscan salvaguardar su integridad, huyendo de la satrapía criminal que agobia a Venezuela. Pero la realidad es que la nación no cuenta con los recursos para solventar tamaña operación.
Las cifras reveladas por el canciller son escalofriantes. En el año 2015, los hospitales atendieron 1475 casos de urgencias de ciudadanos venezolanos. En 2018, aquel número creció en un 8800%, al presentarse cerca de 132 mil eventos que requirieron atención en centros de urgencias.
La demanda de cupos académicos desbordó la capacidad de los municipios de frontera que en el departamento de Norte de Santander les han dado cobijo a los refugiados venezolanos. En aquel departamento, este año el número de matriculas aumentó en 159% frente al año pasado. El Estado no tiene dinero para ampliar las instalaciones ni para mantener la calidad de la educación, pues con la misma planta de profesores hay que educar a un mayor número de estudiantes. El canciller reveló que, de acuerdo con el ministerio de Educación Nacional, actualmente hay 150 mil niños venezolanos atendiendo clases.
¿De dónde saldrá el dinero para sufragar aquel compromiso? La respuesta la dio el propio ministro Carlos Holmes Trujillo quien citó un informe del Fondo Monetario Internacional, organismo que estima que el costo de la migración será de US%1.5 mil millones de dólares, cifra que representa el 0.5% del PIB nacional.
Es demasiado dinero y Colombia no tiene la manera de asumir en solitario ese rubro. Preocupa sobremanera que por concepto de cooperación internacional, este año el país sólo haya recibido escasos US$48 millones de dólares, una cifra irrisoria que ni siquiera puede ser catalogada como una gota de agua en el océano.
En palabras del canciller, “es urgente una mayor movilización de la cooperación internacional, pues la migración continuará aumentando y en esta medida la necesidad de recursos será mayor”.
LOS IRREVERENTES pudieron confirmar que el gobierno sigue firme en su disposición de apoyar al pueblo venezolano en la búsqueda de la democracia y la libertad. Así mismo, para la administración Duque, el apoyo al pueblo venezolano seguirá siendo un imperativo irrenunciable. Pero todas las acciones humanitarias cuestan dinero y Colombia no puede seguir asumiendo en solitario el grueso de los costos que implica el éxodo de personas que huyen de las garras de Maduro. Así que o el mundo se sintoniza con la realidad , o simplemente Colombia no tendrá la manera de continuar recibiendo el flujo de migrantes que crece minuto a minuto.
Publicado: mayo 23 de 2019
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