Catapultados por las Farc partido y las Farc guerrilla, la Sala de Revisión de la JEP, al fin concluyó la búsqueda de la información sobre Santrich, alias Eleusis Hernández Montoya, quien fue capturado en flagrancia desde hace un año. La JEP no había logrado- y no lo logró- conceptuar si el sindicado había cometido el delito de narcotráfico y concierto para delinquir, después del 31 de diciembre de 2016, fecha que al vencer cualquier delito común de los desmovilizados, sería procesado por la ley penal ordinaria. La maniobra política se cocinó durante un año para proteger al sindicado y culminó en un auto procesal, que no sentencia, en el cual de ordenaba la libertad inmediata del narco-guerrillero. El Presidente de la Sala, Bobadilla, y Patricia Linares, Presidente del Tribunal de la JEP, explicaban el documento libertario, mientras dos distinguidas magistradas salvaron su voto.
La Jep ha trastocado el régimen constitucional, ha prolongado la confrontación armada por favorecer a las Farc partido y estimular las facciones que nos amenazan con continuar con la violencia si el gobierno incumple los acuerdos santistas. Para muestra, un botón: desafía a la opinión pública mayoritaria, escarnece al Fiscal Néstor Humberto Martínez, quien renuncia y hace saltar a los voceros de las Farc en el Congreso que atacan al Centro Democrático y al expresidente Uribe de azuzar “la guerra” cuando son ellos los que juegan sucio desde el comienzocuando presentaron las listas de sus cuadros medios con nombres de narcotraficantes o con la falta de reparación a las víctimas.
La orden de liberar a Santrich, sin embargo, se cumplió. Pero al salir “el mártir” de la cárcel de la Picota, de nuevo fue capturado por el CTI de la Fiscalía General de la Nación que le imputa nuevos delitos. Santrich, el protegido por la Iglesia, por la alianza de la JEP con el Partido Liberal de Gaviria y Samper y por la ONU que siembra la duda de que no habrá debido proceso para el narco guerrillero, como si el Estado colombiano no fuera quien ocupara la representación en la ONU, como una república independiente y democrática, sino las Farc.
Ante esa monstruosidad de la Jep, el Presidente Iván Duque se ha puesto en el sitial que le corresponde como Jefe de Estado y deberá aplicar la extradición, tal y como lo contemplan los tratados y la constitución. Se han topado las Farc con el Estado colombiano que goza del respeto de la mayoría de los gobiernos de América. El contencioso que surge de la aplicación de la extradición con los Estados Unidos, no será motivo de rompimiento con las normas de colaboración internacionales, en particular con los delitos de narcotráfico. Nos han tomado ventaja Don Rodrigo Londoño Timochenko, Iván Márquez y el Paisa, la mamertería de la izquierda marxóloga, los curas que veneran al Padre Camilo Torres en armas, el partido liberal de los proclives a la entrega de la nación y ante todo, la intervención del Dictador Maduro y sus narco-generales
Debiera crearse el delito de “lesa nacionalidad” para aquellos que flagrantemente atenten contra el Estado Democrático por la vía de las armas o por el camino de la complicidad manifiesta, con carga penal y sanciones sociales y morales, a guisa de penas alternativas. No muchos manzanillos, godos prusianos y estreptococos de la izquierda fascista tendrían tanta vigencia delictual como Santrich.
Jaime Jaramillo Panesso
Publicado: mayo 21 de 2019