Cada vez que en Colombia se pone en marcha una política de seguridad integral que se proyecta con la capacidad real de combatir con determinación las múltiples amenazas a las que está sometido el País, los detractores de la confianza institucional crean distracciones mediáticas para dañar la moral de la tropa, la imagen de la institución y, sobretodo, deslegitimar a los altos comandantes.
En este caso, el turno fue para el General Nicacio Martínez, Comandante del Ejército Nacional, quien entró a liderar la institución más querida por todos los colombianos hace menos de 6 meses con la gran responsabilidad de darle un giro al despliegue militar que había sido completamente paralizado durante el Gobierno Santos.
En efecto, los señalamientos realizados esta semana no solamente carecen de fundamento, sino que crean un ilegítimo manto de dudas contra el correcto liderazgo que el General ha desplegado en el Ejército, dado que señalar a partir de una interpretación parcializada de los hechos que las directrices de Martínez daban paso a un nuevo episodio de los mal llamados “falsos positivos” es una completa irresponsabilidad.
No solamente el Ejército Nacional ha adaptado un fuerte sistema de protección de los Derechos Humanos para el despliegue de sus operaciones, sino que el compromiso del General, el Ministro de Defensa y el Presidente con la salvaguardia de la Constitución es completamente indiscutible.
En este contexto, no deja de ser curioso que a ciertos periodistas extranjeros que generan esta dañina campaña de especulaciones no les haya causado la más mínima preocupación todos los atentados terroristas que se perpetraron bajo el mando de la anterior administración, que quedaron en la impunidad y que la actual cúpula militar está trabajando incansablemente para que nunca vuelvan a suceder.
Recuerden, por ejemplo, el sangriento y despiadado asesinato de los 11 soldados en el Cauca mientras se hablaba de paz en La Habana o el exponencial crecimiento de las extorsiones en departamentos como Córdoba, Cesar o Sucre.
Estos hechos, sin embargo, no llamaron la atención de los medios internacionales, quienes prefirieron acompañar el despliegue diplomático del proceso de paz por encima de las dificultades reales que se vivían en el territorio nacional.
Por eso, estas infamias mediáticas no deben desviar el norte de la institución. El país necesita urgentemente combatir el narcoterrorismo, recuperar el control territorial de zonas estratégicas como el Catatumbo y disminuir las hectáreas sembradas de cultivos ilícitos y para ello requiere de un determinado liderazgo como el del actual Comandante del Glorioso Ejército nacional.
¡Adelante General Nicacio Martínez!
El compromiso con los deberes superiores de la Patria está por encima de cualquier cubrimiento mediático. El País es consciente de su integridad y fortaleza y lo respalda sin titubeos esta fundamental labor.
Publicado: mayo 24 de 2019
5
4