Hace algún tiempo fuimos invitados a una linda ceremonia en la IV Brigada, allí desfilaron el coronel Hernán Mejía, condecorado como uno de los mejores soldados de Colombia hoy víctima de falsos testigos, y un grupo de oficiales y soldados en silla de ruedas mutilados por las minas sembradas por las Farc. La entereza de estos héroes de la patria nos rompió el corazón.
Los criminales de los grupos subversivos que pasen por la JEP jamás recibirán condena. Nos conformaríamos si se les aplicaran penas alternativas que les duelan, así tranquilizan a muchos que seguimos aterrados con la impunidad que Santos siempre negó que existiría.
Nuestros soldados son víctimas de las minas en la tarea de desminado o en la erradicación manual de los cultivos ilícitos en mala hora enquistada en los acuerdos. No las sembró el ejército, tampoco cultivó la droga maldita, no deben nuestras FFAA aportar los mutilados y los muertos. Sería propicio que los guerrilleros reinsertados como pena alternativa, a los crímenes de lesa humanidad por ellos cometidos, sean los responsables de desminar los campos y erradicar manualmente los cultivos ilícitos. Ellos saben donde enterraron las minas, que peligros representan, cómo desactivarlas y, en la erradicación, como manejar las comunidades para que no los asesinen y cooperen.
Deberían obligarlos a entregar en un plazo perentorio el 97,5% de los bienes declarados que aún adeudan, excluyendo desde luego ollas y traperas; que los bienes ocultos se les expropien y los responsables de esconderlos pierdan sus beneficios; establecer un porcentaje de sus salarios como congresistas para, junto con los otros recaudos, destinarlos a la reparación de las víctimas y, por último, que el abuso de menores y abortos inducidos tengan un castigo proporcional.
El rincón de Dios
“La parábola de la higuera estérilLucas 13: 6-9, Parecería la menos misericordiosa; pero es importante para darle dimensión y profundidad al misterio del amor y la misericordia del Señor. No podríamos formarnos una noción completa de estos, si no los pusiéramos en claroscuro con la santidad y la justicia de Dios. Si no mediara la posibilidad de un castigo, la bondad de Dios y su amoroso llamado al corazón del hombre carecerían de relieve, dramatismo y hasta de seriedad.”
Publicado: abril 26 de 2019