Estos primeros ocho meses del Gobierno Duque sin lugar a dudas han tenido altibajos. Los éxitos que se han logrado en aspectos como la baja de alias Guacho, la lucha contra la droga, la reactivación de la economía y el cerco diplomático contra la dictadura chavista se han visto empañados por una difícil relación con el Congreso que ha generado el bloqueo de importantes iniciativas para el País.
En efecto, lo sucedido con proyectos como la reforma a la justicia, que se hundió por términos, la reforma política, que salió mutilada del Senado y parece que va a correr la misma suerte que la de justicia, la ley de financiamiento que casi no se aprueba y el tortuoso trámite para discutir el Plan Nacional de Desarrollo son hechos que hacen necesario un replanteamiento de la estrategia de gobernabilidad que está desplegando la administración.
Jorge Mario Eastman es un gran profesional, con amplia experiencia en el sector público y nadie puede negar su capacidad de gestión, la cual ha demostrado en cargos como el Viceministerio de Defensa del Gobierno Uribe. Sin embargo, el desgaste propio de uno de los puestos más difíciles del País, como lo es la Secretaria General de la Presidencia, hace que el cambio de aire que se avecina en esa posición pueda ser la oportunidad para solucionar las dificultades que se han presentado hasta el momento.
Y para ello, nadie mejor que María Paula Correa, quien se venía desempeñando como secretaria privada del Presidente y que ahora tendrá la responsabilidad de mejorar la necesaria relación con un legislativo que reclama un mejor escenario de entendimiento con la Casa de Nariño.
Por supuesto que esta labor no es fácil, en especial después de venir de un Gobierno como el de Juan Manuel Santos que malacostumbró a los partidos tradicionales al hacer correr ríos de mermelada por los pasillos del Congreso a cambio de aprobar todos los proyectos del proceso de La Habana.
Por eso, este momento crucial para el Presidente, donde estamos ad portas de finalizar su primer año de gobierno, requiere que una persona del talante de Correa que lidere esa necesaria transición donde se logre consolidar una mayoría parlamentaria sin entregar mermelada a cambio de votos, sino tendiendo el puente necesario entre el Capitolio y Palacio.
Es difícil encontrar en la historia un Presidente que haya sido realmente exitoso y que le haya tocado gobernar sin Congreso. En el Gobierno Uribe, por ejemplo, se logró consolidar una importante mayoría que le dio las herramientas necesarias al ejecutivo para combatir el terrorismo y sacar al país del abismo al que se encaminaba, en un contexto donde se redujo burocracia ineficiente al suprimir entidades inoperantes, lo cual demuestra que se puede gobernar sin mermelada pero con un necesario entendimiento.
Muchos éxitos María Paula.
Publicado: abril 26 de 2019
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