Después de ver la acción del para-estado que nace con la Minga del Cauca, cuyos nexos con los narcoterroristas de las Farc y sus aliados políticos (verdes, amarillos y de colores dizque “decentes”), son cada vez más evidentes, considero oportuno, lector irreverente, compartir contigo una reflexión que seguramente también reposa en tu corazón.
Tal como a mí me sucede, sé que estás cansado de tanto abuso de las fuerzas “socialistas” que se han camuflado, bien perfumadas, en los centros de poder, pensando en nombre del populacho, pero gozando de las comodidades de las élites.
Como bien sabes, estamos en medio de una batalla que tiene como propósito liquidar la Democracia y la Libertad en nuestro país. La estrategia de guerra de esos bandidos está apoyada en un tándem perverso, conformado por representantes de organismos multilaterales, voceros de algunos medios de comunicación, indignos magistrados de las altas cortes y numerosos docentes de prestantes universidades.
Es triste observar que, quienes se supone deberían defender los valores más elementales, se han puesto del lado de los delincuentes: violadores, asesinos y narcotraficantes ahora son recibidos en foros y grandes salones, todo por la paz…
Así las cosas, como ejercicio catártico, voy a escribir sobre la Colombia que nos merecemos, no sin antes sugerir que los responsables de la política internacional del hemisferio, le harían un gran favor a nuestra patria, si investigan los vínculos de los integrantes de ese tándem con el narcotráfico antidemocrático que se resiste a morir en el continente. No se necesita disparar un solo tiro, con la mera cancelación de visas es suficiente… (Si los piden extraditados, mucho mejor, incluyendo a varias “joyitas” de la JEP).
Colombia capitalista. Significa un país con tasas de interés de un solo dígito e impuestos del 5% para todos los productos. Se deben revisar con lupa los subsidios, porque son inequitativos en muchos casos. La idea es impulsar emprendimientos en las ciudades y transformar el campo colombiano en el principal motor de crecimiento del país: cáñamo, yacón y frutas exóticas es lo que debemos sembrar. La sustitución de cultivos es posible. Lo importante es garantizar que la gente tenga siempre dinero en los bolsillos. El crédito debe ser barato y los pagos, en ningún caso, pueden exceder los 30 días.
Colombia educada. Significa una Colombia que centre la formación de sus estudiantes en la solución de problemas prácticos, reconociendo los valores de la cultura y estimulando la creatividad como eje de desarrollo socio-económico. En lugar de envidiar, pensemos en crear, vender y cobrar. La educación debe ser sinónimo de riqueza. No más tesis guardadas en anaqueles. Necesitamos proyectos productivos que impulsen el progreso de las comunidades. Es preferible un país de técnicos y tecnólogos con la nevera de sus casas llena y no de grandes “doctores” sin empleo.
Colombia democrática, fuerte y blindada. Significa erradicar del mapa político cualquier ideología que atente contra la Democracia y las libertades. Si es necesario hacer uso de la fuerza, dentro del marco de la Ley, debe emplearse: La acción que se apoya en la Justicia prevalece. Recordar que la debilidad sólo lleva a la derrota en el ámbito político es perentorio.
Colombia No Progresista. Significa construir una sociedad con metas claras, inspiradas en el bienestar del que trabaja, no en el consentimiento solapado de los vagos. Toda sociedad con Dios y respetuosa de la vida, que se opone al aborto, a la protesta violenta y que prohíbe el marxismo cultural sale adelante. Porque entiende el progreso como algo que surge del esfuerzo personal y de la lucha solidaria contra el vicio, la pereza, la droga, la pobreza, la suciedad y la desidia, los cuales persigue y combate sin contemplaciones.
Con todo respeto: Colombia con Derechos Humanos (derechos, no torcidos). Significa expulsar del territorio nacional a quienes se han infiltrado en organizaciones sociales auxiliadoras del narcotráfico, bajo el engaño del respeto de los Derechos Humanos que, de facto, al sólo observar las evidencias, desconocen flagrantemente. Los ciudadanos que trabajan en el área de Derechos Humanos deben mostrar títulos académicos que los acrediten y proyectos productivos que avalen su permanencia en el país.
#ElPaísQueMerecemos
Publicado: abril 3 de 2019
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