LOS IRREVERENTES. Recientemente apareció en el diario El País de España una entrevista con Juan Manuel Santos, en la que él asegura que siendo ministro de Defensa, usted, como alto consejero presidencial de Uribe, lo llamó desde el Falconde la Casa de Nariño a sugerirle que chuzara las comunicaciones de Piedad Córdoba.
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA Comencemos por desmentir al felón, recordándole que mi oficina nunca tuvo el sistema Falcon. Él dice que lo llame mediante ese sistema solo para ponerle música a su partitura mañosa. ¿Por qué, se preguntará cualquiera, viene apenas hoy a hablar de una supuesta llamada mía para pedirle que ‘chuzara’ a Piedad Córdoba? Porque apenas ahora se inventó el cuento. Él, como los alacranes que no pueden dejar de picar, no puede dejar de mentir.
Si algo nos identifica a Piedad y a mí es que hablamos claro y directo. Ella hablaba públicamente contra el gobierno y a favor del llamado acuerdo humanitario y yo le respondía, también, claro y directo. El me está confundiendo con él, que todo lo hace por debajo de la mesa y con trampas de tahúr. Además de ser ilegal e inmoral, la idea de ‘chuzar’ a Piedad solo se le ocurre a la mente menor de ese impostor.
LOS IRREVERENTES. Llama la atención que hasta ahora Santos salga con semejante cuento. Si en efecto usted hubiera hecho aquella solicitud, él, como funcionario público que era, estaba obligado a hacer la respectiva denuncia, pues eso de “chuzar” a Piedad Córdoba es un delito y como tal debió ser inmediatamente puesto en conocimiento de la fiscalía, cosa que Santos no hizo, ergo u omitió la denuncia o está mintiendo.
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA. Ahora viene el fullero a dárselas de hombre de carácter. Dice que ante mi petición se negó rotundamente y que me pidió que nunca le hiciera ese tipo de solicitudes, y jamás le volví a repetir la petición. ¡No, pues! Ese rufián me conoce muy bien y sabe que nunca me he salido de la línea de la juridicidad. Que nunca habría hecho semejante solicitud, que solo la hacen, por autoridad de la ley, los jueces. Hay centenares de testigos de que Santos me lamió, como un perrito faldero, hasta el día en que fue elegido. Usted es uno de ellos. Después de su elección, ¡si te he visto no me acuerdo!
LOS IRREVERENTES.El desprestigio de Santos es absoluto. Nadie, con excepción de las Farc y los eternos beneficiarios de la mermelada, lo extraña. Luego de 6 meses, vuelve a aparecer haciendo sindicaciones a todas luces falsas, pero que hacen daño. ¿No le parece sospechoso que a estas alturas de la vida, vuelvan a desempolvar el cuento de las chuzadas del DAS?
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA. Santos, el Satán de la política colombiana, quien fue capaz de traicionar a todo un pueblo y birlarle su triunfo en un plebiscito, dice ahora, como una gran ocurrencia, que “tal vez fue por eso que usaron el DAS y no la inteligencia militar para las chuzadas [escuchas ilegales] que luego saldrían a la luz”. A la luz salieron las maniobras de Santos por conducto de un personaje nefando, Felipe Muñoz, a quien instaló en la jefatura del DAS. Él, con la complicidad del director de Semana, su sobrino y aliado, quisieron destruir el alto prestigio del gobierno y de las personas que lo integraban. Pero lo único que pudieron mostrar fue escuchas ilegales al presidente, a mí en una conversación con un cónsul, y pare de contar.
LOS IRREVERENTES. Usted llama a Santos “el satán de la política colombiana”. Pero muchos uribistas permanentemente les enrostran a usted y al presidente Uribe haber llevado a ese individuo a la presidencia de la República en 2010.
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA. Con Juan Manuel Santos queda demostrado que las recomendaciones de Tsun Tzu sobre atraer al enemigo a nuestra causa, pueden ser válidas, siempre y cuando no se trate de un enemigo artero. Santos era enemigo del gobierno del presidente Uribe, pero llegó de un momento a otro a la Casa de Nariño a rendir pleitesía a un régimen que navegaba en el más alto reconocimiento popular de la historia para presidente alguno. Con artes de ladino engañó a muchos, a casi todos, y terminó entronizado, nada menos, que como Ministro de Defensa.
Hoy sabemos que Santos es un hipócrita y traidor redomado. Pero, lamentablemente, el único que prendió las alarmas dentro del gobierno fue Luis Carlos Restrepo. Santos no logró boicotear a Uribe, ese era su propósito, por la superioridad de este. Pero está demostrado que Santos, todo el tiempo, hizo labor de zapa.
LOS IRREVERENTES. Desde siempre, Luis Carlos Restrepo -quien terminó perseguido y empujado hacia el exilio por Santos- advirtió que él era un traidor. Fue, que yo recuerde, el único uribista que no participó en la elección de Santos. Al contrario: semanas antes de las presidenciales de 2010, publicó una muy dura columna advirtiendo los motivos por los que no votaría por quien se presentaba como el “continuista” del gobierno Uribe.
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA. A usted, Yamhure, le constan mis esfuerzos por acercar a Luis Carlos Restrepo a Santos. Lo que pasa es que el Comisionado de Paz ya sabía el agua que nos mojaba. Muchos, yo incluido, estábamos ciegos.
LOS IRREVERENTES. Lo cierto es que en medio del debate por la JEP, las objeciones legítimas que sobre ese proyecto de ley hizo el señor presidente Iván Duque, aparece este libro de Santos que seguramente tendrá muchas mentiras y muy pocas o ninguna verdad.
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA. No hay mal que por bien no venga. Esta semana comienza el gran debate sobre la JEP. Y Santos, con sus mentiras y traiciones, nos ha puesto en alerta. Sus mañas para construir con sistema de impunidad y elegibilidad para las FARC, es una celada para la nación y un intento de desviación de nuestra historia. Otra traición. Está demostrado que al perro sí lo capan dos veces, pero no tres.
Publicado: marzo 26 de 2019
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