De las investigaciones más interesantes que he conocido en los últimos años fue la que realizó la Universidad de Harvard con un grupo poblacional joven. El estudio sobre Desarrollo Adulto empezó en 1938 con 700 jóvenes de la Universidad o habitantes de los barrios pobres en Boston. Cuando estos muchachos tenían 16 años les hicieron ésta pregunta: ¿Qué cree le dará felicidad en la vida?. El 80% respondió: el dinero. Un 50% la fama.
Estos adolescentes de diversas clases sociales, rangos, facultades fueron seguidos durante 70 años. Había de todo; entre esos, uno que fue Presidente de los Estados Unidos. Cuando se cumplieron estos años de rastreo a los sobrevivientes, la pregunta formulada fue distinta: qué te hizo feliz en la vida. La respuesta unánime: las relaciones sociales.
Pero no solamente éste fue el hallazgo; auscultaron su estado de salud y encontraron en las historias clínicas de todos esos individuos que quienes tenían esos vínculos afectivos fuertes se enfermaban menos. La incidencia de enfermedades en las cuales la estabilidad emocional y la seguridad afectiva son detonantes tuvo una menor frecuencia. El estudio continúa y se siguen monitorizando 1000 jóvenes (hijos y nietos de los integrantes del estudio inicial) y hoy el director de la investigación es el Psiquiatra Robert Waldinger (cuarto director desde que se inició el análisis y recolección de datos).
La soledad tiene efectos devastadores en la expectativa de vida en los individuos. Es el equivalente a fumar 15 cigarrillos/día y de mayor riesgo que la obesidad. Sabemos que el sobrepeso impacta sobre los años libres de enfermedad bajo esta ecuación: leve; 1 en 10 años, moderado; 1 en 4 y severa (Obesidad pre mórbida) 8 años.
En Japón la epidemia de la soledad le llaman “kozoku”. Otras publicaciones demuestran que cerca del 14% de las personas se sienten solos y uno de cada 3 adultos mayores de 75 años sufre de aislamiento. Qué grave problema de salud y es categórico su rol en afecciones cardiacas: 32% en infarto de miocardio fulminante o 20% de patología cardiaca (estudios Universidad de York, Liverpool y Newcastle). Investigadores (informe Cacioppo) describen que los individuos solos tienen niveles bajos de alopregnanolona una especie de mensajero químico (neuroesteroide) relacionado con el bienestar y control de la ansiedad.
Los factores predictivos en expectativa de vida y reconocidos indicadores de riesgos de enfermedad cardiocerebrovascular se quedan cortos cuando se comparan con la calidad de las relaciones sociales o con la estabilidad de las mismas. Unas conexiones sociales donde se siente el individuo seguro, apoyado y comprendido son aristas de la felicidad y alfiles del bienestar. Relaciones estables de parejas tienen un gran efecto protector en la salud mental. Matrimonios conflictivos son aun peores que la soledad.
No es el dinero (por el cual sacrificamos todo, incluyendo nuestros principios), no es la fama (aturde el norte) o el poder (su efecto enloquecedor) lo que nos harán felices. Son las relaciones humanas constructivas. Esas conexiones sociales positivas, pasaporte del buen vivir.
Publicado: marzo 29 de 2019
4.5