De qué vivimos en Cartagena

De qué vivimos en Cartagena

Hay dos circunstancias por la cual Cartagena se encuentra en evidente estado de postración, como si fuera acaso de tipo endémico; la desactualización de la administración pública en casi todos sus frentes y fuentes de ingresos y la corrupción tan descomunal que padece. Estas dos situaciones han sumido al distrito en su decadente realidad.

¿De que vive el distrito de Cartagena, cuáles son sus fuentes de ingresos?

De la participación en el presupuesto nacional, del sistema general de participación que nos viene del nivel central y es de destinación específica, y de los ingresos corrientes de libre destinación que se recaudan por predial, industria y comercio y otros impuestos menores, que por muy pequeños que sean no dejan de ser importantes, porque además se podrían incrementar si se actualizarán con una reforma tributaria.

Pero los ingresos fuertes son básicamente dos; el de destinación específica, fondos dedicados a salud y educación y que no se pueden tocar, pero que por falta de control fiscal se pierden. Y los ingresos corrientes de libre destinación antes mencionados.

No solo la contraloría sino el departamento de fiscalización del distrito, son focos de corrupción, montados sobre un entramado criminal que es piramidal, que va de arriba abajo, en hechos dolosos en la que participan muchas personas.

Tenemos que actualizar y fortalecer el área de fiscalización, con un buen grupo de abogados escogidos de las mejores calidades morales. Es mucho no solo lo que se puede controlar sino recaudar. Por ejemplo en el catastro vencido que llega a dos billones de pesos, solo se recauda el 1.5 %, porque se dan de baja muchos deudas de manera dolosa que las hacen desaparecer del sistema. Mientras en Barranquilla la deuda por predial vencida es de 60 mil millones.

El aparato de recaudo no solo es absolutamente ineficiente sino totalmente corrupto.

Si esta situación no se corrige, sucumbiremos, así hagamos nuevas estrategias para recaudar más dineros y aumentar los ingresos corrientes. Sin embargo paralelamente mientras se fortalece la fiscalización hay que hacer una revisión y actualización total de muchas cosas.

El catastro no se actualiza desde hace 12 años, nuestros 276.000 predios deberían valer hoy 90 billones y solo valen 45 billones, valor del cual solo se factura menos del 10%, es decir 429 mil millones, y de este solo se recauda el 47%, es decir 220 mil millones, mientras otras ciudades como Medellín recauda el 85% y Barranquilla el 78%, indicando esto que no hay cultura de pago, ni control del recaudo, sino que no hay confianza en la institución, porque sencillamente no se ven las obras públicas y la corrupción no disminuye, sino que aumenta.

Igualmente pasa con el impuesto de industria y comercio que es de 281 mil millones el cual crece a muy buenas ratas, pero que hace 10 años no se actualiza y que conjuntamente con la Cámara de Comercio de Cartagena hay que emprender una campaña de formalización de tanto comercio que no tributa.

Cartagena con una reforma tributaria y un buen aparato de fiscalización de los ingresos podría estar recaudando incluyendo los de destinación especifica unos 12 billones de pesos para el cuatrienio 2020-2023, dinero suficiente para hacer inversión social, con una buena calidad del gasto, que se traduciría en obras públicas(colegios, parques, centros de salud, vías, campos deportivos, viviendas, servicios públicos) y por lo tanto en generación de buenos empleos.

@rodrigueztorice

Publicado: marzo 14 de 2019