Los Irreverentes. Reciclaron una vieja entrevista en la que usted afirmó que estaba de acuerdo con que el jefe terrorista alias Timochenkono pague un día de cárcel. La izquierda se ha encargado de utilizar esa manifestación suya para descalificarlo. Hoy, ¿sigue creyendo que los responsables de crímenes de lesa humanidad pueden ir al congreso sin pagar cárcel?
Abelardo De La Espriella. Usted desde hace muchos años conoce cuál ha sido mi posición. Y son muchos los puntos en que nosotros coincidimos. Vuelvo a plantear mi tesis: creo firmemente en los alivios judiciales para los grupos armados ilegales que entreguen sus armas, que reparen a las víctimas y que se comprometan a no reincidir en la criminalidad.
Una organización al margen de la ley que no es derrotada militarmente, que en medio de un acuerdo político resuelve entregar sus armas, como punto de partida para una verdadera reconciliación, debe ser merecedora de la indulgencia de una sociedad. Pero en el caso de las Farc, luego del acuerdo que firmaron con Santos, no aplica ninguno de estos preceptos que le he enunciado.
Los Irreverentes. Mirémoslo en perspectiva. La justicia transicional es fundamental para salir de muchos problemas. Se equivocan los que creen que con la aplicación rigurosa del código penal se solucionan las dificultades que aquejan a las sociedades. Pero es indispensable que el beneficiario de esa justicia transicional dé más de lo que efectivamente recibe.
Abelardo De La Espriella. La paz se alcanza cuando se entrelazan distintos componentes. La justicia es fundamental, pero también la verdad, la reparación integral, sincera y efectiva de las víctimas. Quienes sufren los efectos de la violencia, anhelan que no haya repetición. Y nada de eso se ha visto en el proceso con las Farc. Empecemos por recordar que el acuerdo que se está implementando es totalmente ilegítimo. Usted lo sabe muy bien: yo me opuse a esos acuerdos. Yo le hice campaña al NO. En su portal, muchas veces me expresé en contra de dichos acuerdos. Celebré la victoria del NO y desde el mismo día de aquel plebiscito, empecé a proponer alternativas para la redacción de un nuevo acuerdo que contuviera las exigencias que planteamos quienes estuvimos en contra del supuesto “mejor acuerdo posible” que negociaron en La Habana.
Santos, que es un tipo deshonesto y tramposo, nos robó el plebiscito. Para él, resultaba más importante complacer a los terroristas de las Farc que acatar el resultado de la voluntad popular expresada en el plebiscito.
Los Irreverentes. Lo cierto es que los colombianos, en dos oportunidades, se pronunciaron en contra del acuerdo de La Habana: en el plebiscito de 2016 y en las presidenciales de 2018. En ambas oportunidades quedó claro que sí se quiere la paz, pero no de la manera como la negoció Juan Manuel Santos.
Abelardo De La Espriella. Y en ambas oportunidades participé activamente. Me monté en la campaña del NO cuando muchos creían que aquello era una quijotada. Si el presidente Uribe estaba allí, yo también tenía que estar. Por lealtad y por convicción: los argumentos de él eran claros y totalmente sensatos. Esa campaña, en la que unos pocos nos enfrentamos a las grandes maquinarias políticas, al poder del Estado, a los medios convencionales, nos dejó una lección maravillosa y es que la gente no traga entero. Los colombianos, que hemos vivido desde siempre en la violencia, queremos la paz, pero sin impunidad y sin premios inmerecidos a los victimarios.
En la campaña presidencial, para nadie es desconocida mi amistad desde los tiempos de la universidad con el señor presidente Duque. Apoyé con decisión su candidatura y me siento muy complacido con su victoria y con las ejecutorias de su gobierno.
Los Irreverentes. Pero hablemos del tema de las Farc: ¿Cómo entender que salvajes como Carlos Antonio Lozada, Pablo Catatumbo, Marcos Calarcá o Victoria Sandino, todos responsables de crímenes de lesa humanidad, estén en el Congreso, la cuna de la democracia republicana, sin haber pisado un tribunal de justicia?
Abelardo De La Espriella. Su pregunta me permite hacerle esta consideración: comparto íntegramente el argumento del presidente Uribe en el sentido de que la impunidad es generadora de nuevas violencias. La verdadera paz se construye cuando los responsables de delitos de lesa humanidad responden ante la justicia, piden perdón a sus víctimas, entregan sus fortunas para la reparación de las mismas y, muy importante, cumplen una sanción.
Es indignante lo que hizo Juan Manuel Santos al crear esa vergüenza mundial llamada “jurisdicción especial para la paz”, JEP.
Ese es un tribunal miserable que se ha encargado, después de más de un año de operación, de voltear la mirada frente a los delitos cometidos por las Farc.
Es urgente hacerle correcciones estructurales a la JEP. Para las víctimas en particular y para la sociedad en general, ver genocidas sentados en el Congreso de la República, ocupando curules sin tener un solo voto, es una agresión de proporciones oceánicas.
Los Irreverentes. Pero, ¿cómo implementar las correcciones si hemos visto a la corte constitucional al servicio de quienes pelean por mantener a la JEP tal y como quedó confeccionada?
Abelardo De La Espriella.Esperemos que se dé el debate de las objeciones oportuna e inteligentemente presentadas por el presidente Iván Duque. Tengo la esperanza de que en el Congreso se lleve a cabo una deliberación sensata.
Los Senadores y Representantes a la Cámara deben tener claro que hay un país con sus ojos puestos sobre ellos. Y me refiero a ese país que integramos quienes mayoritariamente votamos por el NO y que el año pasado elegimos al doctor Iván Duque. La nuestra no es una democracia pétrea; todo lo contrario. Hay muchos mecanismos de participación ciudadana. Y si en 2016, contra todos los pronósticos ganamos el plebiscito, hoy, con las circunstancias actuales, podremos hacer prosperar medidas democráticas. Los parlamentarios son representantes del pueblo y ellos ya saben qué es lo que quiere el pueblo.
Los Irreverentes. Por sus palabras, ¿puedo concluir que está haciendo una corrección de su posición anterior, esa que aparece en el video de la vieja entrevista que están desempolvando en las redes sociales?
Abelardo De La Espriella. Mis posiciones teóricas, siguen siendo las mismas. En 2015, publiqué un libro sobre la salida jurídica frente al proceso con las Farc. Mis tesis, que están perfectamente contenidas en aquel libro, son diametralmente distintas a las que sustentan la creación de la JEP.
Creo en la aplicación de medidas restaurativas, pero cuando estas vengan precedidas por la verdad, la reparación y la no repetición. Nada de eso se cumple con las Farc.
Lo que hoy tenemos con esos delincuentes es impunidad y aquello es absolutamente inaceptable. Hay que crear un mecanismo judicial eficaz que esté al servicio de la sociedad y de las víctimas y no en función de los victimarios, como sucede con la JEP.
Los Irreverentes. No son pocos los que creen -creemos- que el acuerdo con las Farc es, sin duda, una tremenda desinstitucionalización de Colombia.
Abelardo De La Espriella. Yo soy un hombre de derecha que antepone el orden sobre todas las cosas. Y orden significa, respeto reverencial por el Estado de Derecho, por la aplicación de la justicia, la defensa de la libertad individual siempre y cuando ésta no afecte las libertades de las demás personas.
En lo económico, el Estado debe garantizar todo para que se cumplan las reglas naturales del mercado. El socialismo es sinónimo de miseria, corrupción y destrucción. Mire lo que era Venezuela hace 25 años y lo que es hoy. Un país que era próspero, terminó convertido en un Estado inviable, colmado de pobreza y con una sociedad irremediablemente lesionada. Para que Venezuela vuelva al punto en el que se encontraba en 1998, pasarán muchísimas décadas.
Entonces, comparto el planteamiento que usted me hace. Claro que sí. El acuerdo con las Farc es una insoportable carga de profundidad que afectó de manera gravísima los pilares de nuestra institucionalidad. Es inadmisible que en el Senado de la República haya 2 sujetos -Pablo Catatumbo y Carlos Antonio Lozada- que tienen sobre sus cabezas sendos pedidos de extradición por narcotráfico.
Nos avergonzamos porque Pablo Escobar estuvo un par de meses en la Cámara de Representantes. Cuando ocupó la curul, no tenía requerimientos de la justicia estadounidense. ¿Cómo explicarles a los jóvenes que dos mafiosos, señalados por haber introducido miles de toneladas de cocaína a los Estados Unidos, tengan poder para hacer sus leyes?
Me seguiré oponiendo a que sujetos que reclutaron y violaron menores ocupen cargos de elección popular sin votos. Primero, que pasen por la justicia, que se pongan a paz y salvo con la sociedad y después de cumplir la sanción que les sea impuesta, que se midan en el campo de batalla de la democracia. Nadie va a votar por esos sujetos, porque más fuerte que la sanción penal, es la sanción social, la cual nunca prescribe.
Publicado: marzo 20 de 2019
y qué nos importa un pelagato ccargado de dollares