Ya se cumplió poco más de una semana de bloqueo a la vía panamericana por parte de las comunidades indígenas pertenecientes al CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca). Este hecho ha generado serios problemas, especialmente en los departamentos de Nariño y Cauca, en donde algunos alimentos y combustible ya comienzan a escasear.
Por otro lado, las afectaciones en materia económica son de grandes proporciones. Al momento de escribir esta columna, alrededor de 20.000 millones de pesos se han perdido por culpa de este bloqueo. Y no estamos hablando aquí exclusivamente de los grandes empresarios de la región o del país, sino que también estamos hablando de los pequeños productores, de los pequeños y medianos comerciantes, los cuales o no han podido sacar sus productos o no les ha llegado la mercancía. Son cientos de familias que hoy se ven perjudicadas seriamente por esta situación.
Mientras tanto, los enfrentamientos entre ESMAD e indígenas son diarios y constantes. Aquí hay que decir que la Fuerza Pública ha hecho todo lo posible por desbloquear la vía, pero las condiciones de la zona y el repliegue de los indígenas han impedido tener éxito en esa tarea. Existe sí, una vía alterna, hoy llamada corredor humanitario, entre Piendamó, Morales y Suarez, por la cual han podido transitar automotores con carga máxima de 10 toneladas. Hace algunos días un grupo de integrantes del CRIC en horas de la madrugada intentaron dañar la banca para así bloquear definitivamente la región, pero gracias a la oportuna reacción de la Fuerza Pública no lograron su cometido.
Infortunadamente, varias personas se han visto damnificadas de parte y parte, incluso dejando al momento el saldo de un policía muerto. El gobierno nacional denunció que se tiene conocimiento de la infiltración de integrantes de la Farc en el bloqueo. De ser cierto esto, confiamos que las fuerzas del Estado identifiquen y capturen a estas personas que lo único que han hecho es colocar en riesgo la vida de los habitantes de la zona.
El gobierno Duque se ha mantenido firme hasta el momento en que no acepta las vías de hecho, y que exige estas se acaben para tener un diálogo tranquilo y sincero. Las comunidades indígenas por su parte, se mantienen en su postura de que no desbloquean hasta que el Presidente no venga personalmente. Lo cierto es, que mientras “unos van y otros vienen”, la región y especialmente nuestro departamento del Cauca sufre y padece las consecuencias. Suficiente tenemos con que seamos uno de los departamentos más olvidados por todos los gobiernos, como para que debamos sufrir este tipo de bloqueos. Los caucanos exigimos una pronta solución. Estamos cansados.
Finalmente, valga decir que lo que también escasea (y desde hace mucho) son los liderazgos en nuestro Cauca. Los Senadores del Cauca, Temistocles Ortega y Luis Fernando Velasco, y los Representantes, Julio Bonilla, Crisanto Pizo y John Jairo Cárdenas, acompañados además por integrantes de la Farc, han estado del lado de los manifestantes, dejando en el olvido al grueso de caucanos que pueden llegar a compartir incluso alguna de las exigencias de los manifestantes, pero lo que si no compartimos es el bloqueo y secuestro.
P.D. Ojalá el gobierno y la opinión pública revisaran los acuerdos de El Nilo. Mucho de lo que ocurre hoy tiene sus raíces en ese documento poco mencionado. Más de uno tendría que comparecer ante la justicia.
Publicado: marzo 21 de 2019