A pesar del malestar de ciertos sectores políticos, la alocución presidencial en la cual el primer mandatario de los colombianos expresó la inconveniencia de seis (6) artículos de la Ley que da vida a la Jurisdicción Especial para la Paz, ha sido bien recibida por el público en general y avalada por reconocidos juristas. Duque hizo lo correcto. La posición que ha fijado es un acierto inobJEPtable.
Como amigos de la paz, consideramos que el tono y la argumentación empleados por el Presidente de la República, no sólo se ajusta al Estado de Derecho sino se constituye en respuesta oportuna para miles de víctimas de las Farc-EP, quienes no fueron tenidas en cuenta dentro del turbio proceso habanero.
Especial interés despierta el caso de las damas que, sometidas como combatientes al interior de las filas de la organización narcoterrorista arriba señalada, fueron violadas en repetidas ocasiones y, muchas de ellas, sometidas a brutales abortos, con el agravante que algunas eran menores de edad en el momento de los hechos. Para ellas, toda nuestra solidaridad y respeto como varones.
A propósito de lo que hasta aquí afirmamos, es inconcebible la reacción de ciertos “líderes” y “voceros” de opinión, quienes posan de intelectuales progresistas, mientras desconocen abiertamente el daño físico y moral que causaron situaciones tan complejas como las que describimos, en seres humanos cuyos planes y sueños de juventud fueron exterminados inmisericordemente: ¿Las víctimas sexuales de las Farc no tiene derecho a gritarle al mundo los oprobios que recibieron por parte de sanguinarios comandantes y guerrilleros, delincuentes que solo deseaban saciar su libido?
¿Cómo es posible que exista en pleno siglo XXI alguien que imponga una agenda que pase por encima de la dignidad de una mujer? ¿Esos son los grandes feministas? ¿Cómo es posible que se tolere dentro de la Democracia la presencia de “caudillos” y/o colectividades políticas, cuyos “argumentos” nada tienen que ofrecer en términos de respeto por los derechos humanos inalienables de los seres humanos más vulnerables?
A eso es a lo que debemos llamar opresión. Los integrantes de las Farc y sus socios, que en estos días se atraviesan a los esfuerzos de un Gobierno comprometido con las víctimas, se comportan como feroces opresores de la sociedad, para usar el lenguaje de Antonio Gramsci que tanto les gusta.
Estos individuos, podemos llamarlos opresores profesionales – ¡qué coincidencia! -, son los seguidores en Colombia del socialismo del siglo XXI y están conectados con grupos de interés que pretenden callar, con sofisticada violencia, a quienes nos hemos declarado pro-vida, pro-familia conformada por papá, mamá e hijos, pro-Libertad, pro-capitalismo social y pro-emprendimiento.
¿Vamos a elegir a candidatos que hacen parte de estas colectividades? ¿Nos vamos a quedar quietos quienes no estamos dispuestos a ver el derrumbe axiológico definitivo de nuestra sociedad? ¿Vamos a agachar la cabeza ante la ideología de género y el corrupto narcotráfico comunista? Llegó el momento de dar respuesta a este tipo de preguntas.
Curioso: Los partidos que se oponen a Duque, en su gran mayoría son miembros del Foro de Sao Paulo, organización fundada por Fidel Castro y Luiz Inacio Lula da Silva, que desde sus orígenes en 1990 ha contado con el respaldo de “personalidades” como Enrique Santos Calderón, hermano del Nobel y muy amigo de las ideas que han liquidado el futuro de países como Venezuela y Nicaragua, por citar los dos casos más atroces dentro de nuestro continente.
Para dar paso a la reflexión, compartimos con los lectores de Los Irreverentes, los nombres de los partidos políticos colombianos que hacen parte del Foro de Sao Paulo, según información que aparece en el website oficial de dicho organismo (www.forodesaopaulo.org/partidos):
1. Marcha Patriótica, 2. Movimiento Progresista, 3. Partido Alianza Verde, 4. Partido Comunista Colombiano – www.pacocol.org, 5. Polo Democrático Alternativo – www.polodemocratico.org, 6. Presentes por el Socialismo, 7. Unión Patriótica, 8. Movimiento Poder Ciudadano.
#Con Todo Respeto: Estas colectividades continúan apoyando la paz de las Farc-EP, infestada de impunidad y cocaína. ¿Será que los 100 mil millones de dólares que produce el narcotráfico del Cartel de las Farc cada año, sirven para comprar magistrados, jueves y congresistas, a falta de mermelada?
La paz es sin impunidad y sin cocaína.
Publicado: marzo 20 de 2019