Es normal hoy escuchar en diversos medios de información, en las esquinas de los parques y en los sitios de trabajo discusiones referentes a lo que hoy acontece en el hermano país de Venezuela. Preguntas como ¿será que cae o no Maduro? o ¿cuánto tiempo faltará para la salida de la dictadura?, son frecuentes en medio de estas charlas. Incluso hay quienes responden a estas inquietudes manifestando que son muchos los años que llevan preguntando lo mismo o haciendo el conteo regresivo y nada ha ocurrido a la fecha. Y bueno, quizá tal postura tiene algo de razón.
Pero una cosa sí es cierta, hoy en día el ciudadano de a pie y la comunidad internacional piden al unísono la salida del dictador Maduro, escenario que no se observaba unos meses atrás, para no ir más lejos. Hace poco tiempo la comunidad internacional tenía una postura débil frente a las noticias que denunciaban los horrores de la dictadura en ese país. Organismos como la OEA habían guardado una posición facilista y acomodada frente a Maduro.
El panorama actual le es adverso al dictador y a sus esbirros, hoy la prensa internacional y un gran número de países del mundo tienen los ojos puestos sobre cualquier hecho en Venezuela, y por ende han denunciado públicamente las atrocidades de ese régimen. Recordemos por ejemplo lo ocurrido recientemente con el periodista Jorge Ramos, quien incomodó al usurpador con algunas preguntas y este ordeno su retención mientras les quitaban los equipos periodísticos, para posteriormente expulsarlos del país. Actitud típica de un dictadorzuelo.
Hermanos venezolanos hoy mueren de hambre o por falta de medicamentos, para ello varias naciones dispusieron ayudas humanitarias para poder, de forma transitoria, aliviar la escasez, pero tal hazaña no se cumplió, puesto que el pasado 23 de febrero, cuando se disponía dar tránsito a la ayuda humanitaria, el dictador respondió con gases, perdigones y disparos no solo contra los camiones que llevaban la carga, sino contra la ciudadanía, esa misma que hoy se encuentra desamparada. Los cruces fronterizos se convirtieron en campos de batalla, en donde se veía a un pueblo oprimido queriendo huir del yugo comunista de un lado, y del otro a una Guardia Nacional Bolivariana amangualada con los colectivos chavistas haciendo uso desmedido de la fuerza. Tales imágenes vivirán en la mente del mundo entero.
Posterior a ello, el Presidente legítimo de Venezuela, Juan Guaidó, acompañó el lunes 25 de febrero la cumbre del Grupo de Lima que tuvo lugar en Bogotá. Allí, en compañía del vicepresidente de Estados Unidos y varios mandatarios de la región, se rechazó la brutalidad de la dictadura y se instauraron compromisos para intensificar aún más el cerco diplomático contra la cúpula de Venezuela, entre otras medidas.
Confiamos en que falte poco para la caída de ese régimen, y que la democracia y la libertad retornen al vecino país. Con Venezuela nos une un lazo de sangre, un lazo de historia, y hoy más que nunca elevamos nuestras oraciones por todos aquellos que libran la lucha democrática.
¡Venezuela libre muy pronto!
Publicado: febrero 28 de 2019