Popayán es una de las ciudades más preciosas de Colombia y con un historial enorme de logros y personajes que han contribuido al desarrollo de la Nación misma. Como municipio día a día avanza y crece en su periferia para dar acogida a decenas de personas que a diario llegan a esta comarca.
Políticamente atraviesa por una situación compleja, la polarización entre quienes apoyan la administración municipal del Cambio y quienes no, está llegando a un tope inmanejable. Los ataques, las injurias y calumnias son el pan de cada día y la irresponsabilidad por parte de algunos sobrepasa y raya ya con la obsesión de defender o destruir, dependiendo la orilla en la que se encuentre cada quien.
A pocos meses de las elecciones regionales, y en las cuales se elegirá al próximo alcalde de Popayán, no existe aún un candidato que se proyecte como posible vencedor o que por lo menos recoja un amplio respaldo por parte de la ciudadanía. Los nombres en el escenario son escasos y no convencen del todo a la población payanesa. Y es que la próxima administración debe enfrentar grandes retos, como lo son terminar de materializar proyectos y obras (no hablo exclusivamente de obras civiles) referentes al programa de ciudades sostenibles y competitivas en el marco del convenio firmado entre el municipio y el Banco Interamericano de Desarrollo. Por otro lado finiquitar la construcción de la malla vial para poder poner en marcha el Sistema Integrado de Transporte del municipio. A su vez resulta de interés el manejo de las basuras por parte de Serviaseo S.A E.S.P.; la comunidad pide a gritos que el futuro alcalde se faje los pantalones y haga respetar a la ciudadanía de los atropellos que esta empresa comete. Y en fin, tantos retos que Popayán enfrenta en su día a día, que merecen una mano firme al momento de las problemáticas pero también un corazón grande capaz de conectarse con el ciudadano de a pie, capaz de recepcionar y entender las problemáticas de la juventud y del adulto mayor. Pero también un alcalde y un equipo de gobierno que sepa que si no trazamos una hoja de ruta a largo plazo indiferente de los intereses políticos estaremos condenados al atraso.
Lo cierto es que quien debe ganar el próximo 27 de octubre es Popayán. Los abolengos, los intereses personalísimos y la sed de poder deben perder la batalla. Popayán está por encima de esos egoísmos y como ciudadanos debemos ser conscientes de ello a la hora de depositar nuestro voto.
Debemos superar el divisionismo y unirnos a los intereses colectivos, a los intereses sociales de toda una comunidad habida de soluciones y de acompañamiento permanente por parte de las autoridades municipales. Más unión, menos división.
Publicado: febrero 21 de 2019